viernes, 6 de febrero de 2009

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No acepto la defensa que el estado me provee. No me defenderé en este juicio, la razón para esta decisión, es el resultado de la teocracia ya como algo firme definitivo en mi vida. La teocracia no reconoce legitimidad de los gobiernos no teocráticos. La obediencia a cualquier gobierno no teocrático es la obediencia a Satán. Mensaje No hay poder ni fuerza, sino en Dios. En el nombre de Dios todo poderoso, el misericordioso, el compasivo. Que la paz y las bendiciones de Dios sea con todos ustedes. Sr. Juez, Sr. Fiscal del ministerio público, Sr. Secretario, Sr. Abogado de la defensa, señores funcionarios y demás publico en general. Como niño de la calle, fui delincuente infantil, luego fui delincuente juvenil, mi vida de delincuente continuo ya adulto, esto es una verdad que no tratare de negar o justificar, solamente aceptare como una realidad que me preocupa y que yo mismo he luchado por cambiar. Una de las cosas que he hecho en Pro de esto es estudiar la delincuencia para lograr entender lo que he sido. En mi estudio de la delincuencia, se me plantea el delincuente como el fenómeno social o como un fenómeno natural. He llegado a la conclusión de que el delincuente es el producto de condiciones sociales, culturales, espirituales, morales, propias de su entorno, por ejemplo de la falta de hogar, de padres, la atención y protección del estado y de la sociedad, todo esto ayuda a la formación de un delincuente. En mi entender el delincuente es culpable y victima al mismo tiempo. En relación al estado el delincuente es un producto y una amenaza, el estado y la sociedad se ven amenazados por su propio producto. Este