domingo, 3 de mayo de 2009

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lunes, 9 de febrero de 2009

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Teodoro R. Darnott, al escribir estas memorias me inspira el deseo de que sean publicadas. También que copias de estas memorias sean entregadas a las siguientes personas: A mi hija Ana Cecilia Darnott López. Valentín Santana, colectivo social la piedrita 23 de Enero Caracas. Gerencia o presidencia de Monte Ávila, Editores Caracas. . Muslim Teodoro Rafael Darnott (Abdullah)

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Capaitulo I

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Bismilahi Rahmani Rahim En el nombre de Alah el clemente y misericordioso. Dedicatoria A, Alah, mi Dios Todopoderoso. A la memoria de mis padres Ana Cecilia Darnott Vera y Antonio García. A mi querida hija Ana Cecilia Darnautt López. A la UMMA Islámica Mundial y en especial a todos los Musulmanes Latinoamericanos. Al pueblo Wayuu. Al pueblo Venezolano. A América Latina y al mundo; con todo mi amor les dedico esta obra como un aporte al proceso revolucionario y libertario de los oprimidos del mundo. Insha Alah sirva para iluminar un nuevo y más glorioso destino. Muslim Muyahid Abdul-lah (Teodoro Darnott)

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Mi Testimonio Nací el 18/04/55, en ciudad Bolívar, Distrito Eres de el Estado Bolívar, en Venezuela. Hijo natural de Ana Cecilia Darnautt Vera y Antonio García, Mi madre una campesina que huía de la agresividad domestica en su primer matrimonio. Salvajismo que como una maldición ancestral, continuaría viviendo con su segundo conyugue y que hizo de mi, un hijo de la violencia y de la calle, a una temprana edad. Creo, ¿que? en la formación de este delincuente que he sido, han contribuido varios factores de tipo familiar, social y cultural. Mis padres fueron, personas muy trabajadoras y honradas a toda prueba. Dos problemas, afectaban a la familia: la violencia y la inestabilidad. Reconozco que desde niño, nací con la rebeldía y el mal metidos en mi cuerpo. Era el dolor de cabeza de mis padres. Mi madre tenía muchas veces que mantenerme atado con una cadena y un candado en mi pie. Estando muy pequeño me fugue dos veces. Para los vecinos, era un diablito. Arrebata el sombrero de los mayores y me lo llevaba corriendo. Pegaba colillas con goma de mascar en los zapatos de los borrachos, para quemarle los callos y luego verlos saltar y maldecir. Golpeaba los clavos en la cabeza para luego huir. Hacia mil diabluras. Cuando los mayores me echaban mano, me torturaban retorciéndome las orejas, golpeándome la cabeza todo lo que querían. Tenía mucho odio y tendencias homicidas. Torturaba insectos un día tome un gato y trate de matarlo en oculto. Teniendo apenas, unos diez años, con un arma de pescar intente matar a mi padre. Por esta razón me vi obligado a huir de la casa, y a partir, desde ese día me convertí en un niño de la calle, un delincuente infantil.

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Mi vida transcurrió en las calles. Dormir en la tierra y tener como techo las estrellas. Trate de acercarme a la familia por parte de madre. Luisa Elena Darnott, una de mis medias hermanas, me dijo, no tengo hermanos negros. Era un niño cuando recibí aquella dura respuesta. Desde aquel día consideraría mi sangre de negro como una maldición que me negaba la posibilidad de tener una familia. Jamás me reconocieron como tal, ni pudieron perdonarme el gravísimo pecado de haber nacido con sangre negra. Desde la infancia viví condenado a la soledad, a la sobrevivencia en las selvas de cemento de Venezuela. Muy niño, conocí los calabozos, tanto en la policía de Maturín como en la de Ciudad Bolívar. Me ponían junto con los delincuentes adultos para que me violaran. De niño ya era solicitado y un huido. Como adolescente, fui ladrón y cobrador de peaje en los cerros de Caracas. Conocí la droga y el licor. A los dieciséis años no sabia que hacer con la vida. Estaba cansado de la calle. No tenia donde ir; era un joven sin familia a quien acudir. Parado en medio de la gran capital, rodeado por multitudes y sumido en la más grande y espantosa de las soledades. El Ejército era una salvación, me presente por primera vez y no me recibieron por la poca edad. Mi vida era la de un Juan parao sin tener ningún destino. En enero de 1.972, me volví a presentar y en esta oportunidad mentí sobre la edad para que me aceptaran. Recuerdo que el medico no quería aprobarme por causa de mi contextura y edad. Decía que no aguantaría. Le conté mi situación, cualquier cosa para mi no seria peor que la calle. Fue un alivio para mi verme bañado y vestido de uniforme, rumbo a un lugar donde dormir en cama y comer caliente. No importa cuanto tuviera que sufrir, allí estaría mejor. Mi conducta en el ejército fue mala. Casi dos años después fui lanzado a la calle. Me había acostumbrado al uniforme pero no presentaba ningún cambio de conducta. Era un delincuente institunacionalizado. Trabaje en la policía del Estado Monagas. Y me case con Maria Elena López. Luego trabaje en la policía de Anzoátegui y Aragua, en todas partes observe mala conducta. Hice un curso de detective privado bajo la matricula 260671-C del instituto de policía científica Simón Bolívar. Este curso lo abandone, renuncie a la policía de Aragua, para trabajar en Caracas como investigador privado. Al poco tiempo me mude a esa ciudad con

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mi esposa Maria Elena y mi hija Ana Cecilia, llegamos a vivir en el helicoide en calidad de familia damnificada. En Caracas, sin titulo alguno logre colocarme al servicio de las mejores agencias de seguridad e investigaciones. Clave uno de Ángel Urueña Almolda; Cinco cero de Vidal Castro, Sicoin de José de Jesús Navarro Dona, GPS, grupo profesional de seguridad de José Gabriel Lugo Lugo, antigua I.C.I. Investigaciones Comerciales e Industriales de Luis posada Carriles; también trabaje en Correproca, una empresa de escolta adscrita a la división 33, custodia de personalidades de la DISIP. Logre entrenarme en la mejor academia de artes marciales del momento, la de Marcelo Planchar, ubicada en la Urb., las Mercedes. En fuerte tiuna me entrene en tiro al blanco. Mi nueva vida seguía siendo la un hombre pobre, pero había mejorado notablemente. Todos mis estudios eran por medios autodidácticos. Cuanto ganaba lo votaba en los bares de la Av. Nueva Granada. Mientras mi pobre esposa trabajaba como dependiente en una tienda, para soportar el gasto del hogar. En muchas oportunidades pasaba frente a la casa llevando otras mujeres en la parrilla de mi moto. Con inmenso dolor hoy tengo que confesar haber repetido en ella la violencia, heredada del carácter de mi padre. Hasta las mismas palabras usadas por mi padre contra mi preciosa hija. Un día le di un golpe a Maria Elena y le desprendí el pabellón de la oreja la cual casi pierde. La lleve a una clínica privada donde para no denunciarme el medico me cobro muy caro; luego abandone a mi esposa y a mi hija. Lo hice porque reconocí en mí un hombre malo y temí hacerles un daño mayor. Así se lo confesé a mi esposa. Las amaba, mas no confiaba en mí, ¿Cómo podía hacerles promesas de cambios que no seria capaz de cumplir? Me fui del hogar abandonándolas a su suerte. Tome un bus para la ciudad de Maracaibo sin siquiera conocer a alguien en esa ciudad. El primer lugar donde dormí fue en el Paseo ciencia, en la cede principal del M.I.R. Movimiento de Izquierda Revolucionaria; trabaje para la agencia de detectives privados de Manuel Felipe Moreno, también con el detective Carlos Omar Arenas, con quien me unió una gran amistad, mas que un amigo fue como un hermano. Los compañeros de trabajo me consiguieron alojamiento en la casa de Antonia Gómez en el barrio Carabobo al sur de la ciudad, allí conocí a Maribel Atencio Rivas.

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No me enamore de ella por el recuerdo de mi esposa, solo la necesitaba, pero sus padres se opusieron a esta relación por lo que no me quedo más que robármela. Como con consecuencia de esto pague catorce días preso por un tribunal, pues ella tenia tan solo quince años de edad. Cuando salí en libertad fui y la volví a robar. La familia me la volvieron a quitar, esta vez después de darme una buena paliza. Solo y despechado me aventure por los barrios de la periferia, bebiendo en cada bar que conseguía en mi camino. Así llegue a un barrio Wayuu donde se veían hermosos chinchorros colgados en las lumas (enramadas), mujeres vistiendo mantas de vistosos colores. En mi sentí el misterioso llamado de esta raza, la invitación a vivir la cultura. Mi vida con el pueblo Wayuu El día de mi llegada al barrio indígena unos malandros trataron de robarme y una familia Wayuu me defendieron. En agradecimiento les brinde unas cajas de cervezas. Pasamos varios días bebiendo. Cuando se me acabo el dinero, echamos manos al chirrinchi. (Bebida hecha de panela fermentada que hacen los Wayuu). Dormía en un chinchorro al aire libre. En las noches asistíamos a la Yonna, danza al son de la Kasha (tambora Wayuu). En poco tiempo fui absorbido por la cultura Wayuu y poseído por los espíritus de los Yoluja (espíritus de los indios muertos). La danza y el sonido de la Kasha junto con los vapores del chirrinche, encendían mi sangre. Sentía como una extraña fuerza que me impulsaba hacia el ruedo, donde se desafiaban los danzadores. Aprendí a danzar la Yonna y a hablar el Wayuunaiki, idioma Wayuu. Para completar mí estancia en medio de este pueblo me uní a una mujer Wayuu mestiza y nos mudamos a vivir a una invasión de tierra llamada Etnia Guajira. Seria aquí en esta donde me convertiría en el comandante insurgente Teodoro. Trabajaría y lucharía por crear un Movimiento Guerrillero Indígena. El M.G.L.N. Movimiento Guaicaipuro por la Liberación Nacional.

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Cinturón de Miseria
Con el pueblo Wayuu que habita en los barrios de la periferia de la ciudad de Maracaibo me toco vivir el más inhumano drama de la pobreza. Otro mundo, donde se combinan cultura y miseria. Este drama comienza con la toma de la tierra, en las llamadas invasiones. Como la comunidad Wayuu no tenia para comprar la tierra. La necesidad de esta se resolvía por medio de las invasiones. Luego tocaba defender la invasión, contra la Guardia Nacional y la policial Regional. Aquellos espacios se convertían en autenticas campos de batallas. Disparos de perdigones, gases lacrimógenos y plan de machete. Eran las armas de la Guardia y la policita, además del fuego para quemar los ranchos, los enceres domésticos. En algunos casos hasta personas fueron quemadas. Los Wayuu se defendían con las junayas (hondas para lanzar piedras) y bombas incendiarias. Tantas veces desalojaban el terreno, otras tantas era vuelto a ocupar. Había rebeldía y dignidad indígena en la lucha por la tierra. Después llegaba la victoria. Así se iban levantando las rancherías Wayuu en el área perimetral de Maracaibo lo que denomino Cinturón de miseria. Así pagamos el precio de ser indios y marginados, invasores en nuestra propia tierra. En estas tierras están nuestro sudor, sangre y lágrimas. Por eso para recordar a las generaciones futuras el precio pagado por nosotros, les colocamos nombres que recuerden nuestro dolor y nuestra lucha. Los planazos. La revancha. La resistencia. La nueva lucha; Aprendí a cantar el jayeechi, canción Wayuu que cada uno compone para relatar sucesos de su vida. Me convertí en un Wayuu. Hasta tal punto que se llego a dudar sino era mestizo. El hambre, la enfermedad y la muerte de mengua, formaban parte de la realidad que vivíamos día a día. Alto índice de desnutrición y mortalidad infantil, analfabetismo, inconciencia e insensibilidad ante el propio drama de muerte en que vivíamos. Pues la muerte cohabitaba con nosotros. Dormía en nuestros chinchorros y se sentaba a la mesa como un miembro más de la familia. También me enferme gravemente de tuberculosis. En la comunidad indígena, a los enfermos casi siempre se les abandona, pues se convierten en un nuevo peso, que agrava la difícil situación al no disponerse de los medios económicos. Y es que ni siquiera los hospitales públicos dejan

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de generar gastos, por esto prefieren esperar pacientemente la muerte, para hacer un solo gasto. Enfermó como estaba, me sentí desamparado en medio de tanta pobreza. Un día me acerque a un culto evangélico. Campo la roca se llamaba. Era un lugar al aire libre. Había allá algunos rudimentarios lugares donde sentarse. También una mesa que hacia de pulpito, donde alumbraba una lámpara de petróleo que atraía a cientos de insectos, los cuales tercamente posaban sobre la rustica mesa. Algunos indígenas oraban o cantaban. Hasta a ese lugar llegue buscando una ayuda divina, ante la carencia de una humana. No hable con nadie mas que con Dios, doble mis rodillas frente a un tronco de árbol y comencé mi dialogo con el ser supremo. Como quien habla con su prójimo. Le hable de mis pecados cometidos hasta ahora. De mi hipocresía al buscarlo cuando estaba enfermo y no haberlo hecho estando bien. Que quizás yo solo le buscaba para ser sanado, pues tenia la seguridad de que una vez sano no haría ningún esfuerzo por cambiar mi vida. Pero por lo menos lo intentaría. Esta oración me salía del alma misma. Derrepente me quebrante en llanto. Todo mi cuerpo se sacudió y mis ojos me dolían, lo mismo mi garganta. Era un llanto incontrolable. Me dolía el pecho y la cabeza. El llanto me ahogaba. Aquello era algo extraño. Mi cuerpo había sido tomado por una fuerza que me estremecía. Los hermanos Wayuu se acercaron y oraron por mí poniéndome las manos en la cabeza. El pastor me pidió permanecer congregándome con ellos. Desde la iglesia indígena comencé a entender un llamado de Dios para trabajar y luchar por el pueblo oprimido, mas no sabia cuando y como hacerlo. Mi primera idea fue hacer la lucha de liberación desde la iglesia evangélica. Esta es la única razón que me llevo a involucrarme con la iglesia evangélica venezolana. Buscaba en la iglesia un autentico apoyo para un trabajo liberador de la situación de miseria. Entendían que este trabajo comienza por concientizar y sensibilizar a los Wayuu de manera de involucrarlos en la tarea de cambiar la realidad inhumana que nos rodeaba. Por su parte la iglesia entendía que su misión principal es espiritual. Al verme tan anhelante de una importante ayuda, entendieron que solo buscaba lucrarme. Como las migajas que me dieron las gastaba en la misma búsqueda de apoyo y no en otra cosa.

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Esto dio mas fuerza al argumento del lucro propio. El caso es que fui tomado como falso. Cuando me convencí que no me darían una verdadera ayuda para un trabajo serio. Que la iglesia no estaba interesada en el drama que vivían las comunidades indígenas en el cinturón de miseria. Esto me hizo entender que para mi propósito revolucionario, este no era el camino correcto. Esta experiencia me causo una gran desilusión, a tal manera de vivir una vida de pecados dentro de la misma iglesia, no lo puedo ocultar, ni negar. Pero este hecho no niega para nada, que el propósito revolucionario que me inspiraba era noble en gran manera. Al escribir este libro, me guía un espíritu de confesión y enmienda. Me arrepiento y siento mucho dolor por el mal testimonio dejado por mí, en la iglesia. Pido perdón por ello. Para nada apruebo estas cosas. Si de algo sirve decirlo, esta experiencia, no fue en vano para mi vida espiritual. Lo que no me sirvió para aquel entonces, me ha servido de mucho ahora. Sobre todo para mi vida moral. Nunca es tarde para aprender. Hoy tengo mucho respeto por la iglesia. Recuerdo muchas personas honorables en ella. También en la iglesia aprendí a conocer las doctrinas, unidad, dualidad y trinidad y las diferentes ideas sobre la salvación del hombre. Creo necesario afín de poner mi vida en orden. Confesar que nunca hubo en mi una autentica conversión a la doctrina de la iglesia evangélica, a su forma de fe. No porque no quisiera. Sino porque en mi alma no compartía esta fe. En ese momento no comprendió los porque. Hoy, pasados muchos años de aquello, estoy seguro de que la razón fundamental esta, en qué aquella fe no era en manera alguna una fe revolucionaria, rebelde e insurgente como lo es mi propia alma. Definitivamente abandone la iglesia evangélica y regrese al mundo del chirrinchi y la Yonna. Tengo que aceptar que no soy creyente simplemente místico y futurista. Jesús dijo yo he venido para que tengan vida. Y yo solo entendía que vivía junto con el pueblo Wayuu una realidad de muerte. Perdí a la mujer mestiza y mi próxima mujer fue Adelaida Iguaran una Wayuu de la Casta Epieyu, por parte de su padre y Epinayu por su madre Carmencita Morales. Kalapaita era su nombre Wayuu. El padre Lorenzo Iguaran, Maikuta su nombre wayuu.

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Me mude para la casa de mi suegro o tashimie, como se dice en wayuunaiki. Me hice un miembro más de la familia. En el patio funde un colegio informal y me dedique a enseñar, a leer y a escribir. Así fui ganándome el aprecio y el reconocimiento de la comunidad. Convocaba reuniones y les hablaba de la necesidad de cambiar nuestra grave situación. Era necesario diligenciar con los partidos políticos y con los gobiernos nacional, regional y municipal, las soluciones a los problemas que nos afectan. Mi inicio en la Política Un día me presente en la plaza Bolívar e inicie mis primeros contactos con las fracciones parlamentarias de los diferentes partidos. La realidad en que vivía el cinturón de miseria era por demás conocida por todos los parlamentarios. Pero estos solo visitaban las comunidades del cinturón de miseria en tiempo de elecciones, para buscar los pocos votos a cambio de promesas. Los partidos y sus representantes en los gobiernos, eran tanto o mas inconcientes e insensibles que los wayuu. Solo que ellos tenían el poder. Mis visitas a las fracciones políticas y a los partidos fueron mas frecuentes. Lo mismo que mis insistencias sobre la problemática del cinturón de miseria y la necesidad de atención que estos problemas reclaman. Ellos pedían votos a cambio de promesas y yo soluciones a cambio de votos. Presente todo tipo de solicitudes y denuncias, a cambio solo recibí dilaciones y demagogias. Cada diligencia que hacia la notificaba a la comunidad. En la medida que pasaba el tiempo mí nombre era más conocido y crecía la simpatía hacia mi persona en la comunidad wayuu. Los diarios, Panorama, La columna y La verdad publicaban mis denuncias; lo mismo las emisoras de radio. Así fui creando una imagen, hasta convertirme en un personaje querido por la comunidad y odiado por los dirigentes políticos zulianos.

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Junto con mi fama también crecieron la envidia y la intriga, por supuesto, también los ataques. Uno de los dirigentes que le hacia mas daño a mi trabajo y a mi imagen, fue Maximiliano Montiel del partido Acción Democrática. Este no solo fue un enemigo de mi persona, también fue un instrumento de los partidos y dirigentes, contra un trabajo que ellos entendían que les perjudicaba. Pues despertaba a un pueblo marginado y lo incitaba a la lucha por sus derechos. Cansado de la demagogia de los gobiernos y los dirigentes políticos, comencé a pensar en un trabajo revolucionario. Revolución Wayuu Entendí que todas las puertas y caminos para encontrar respuesta a la problemática del cinturón de miseria estaban agotados. Procedí a organizar marchas indígenas y tomas de la gobernación y alcadia. Con esto, un conflicto que estaba dormido, comenzó a agudizarse y con ello el odio y la intriga hacia mi persona. Mis enemigos políticos y personales entendieron llegado el tiempo de hacer algo con relación a mi persona y mi trabajo. Ellos entendieron que tenían que acabar con esto. La forma de acabar con un trabajo revolucionario, solo podía ser el destruir la imagen y la persona de Teodoro Darnott. En esto coincidían todos los que se sentían tocados en sus intereses por mis denuncias y acciones. Es de esta manera que se comienza a usarse la denuncia contra mi persona, como arma política. La intriga como forma de destrucción, la persecución legal. Así fueron creándome una aureola negra. Mucha gente decía, pero ¿Por qué usted no sale y aclara su situación, no sabe que, el que calla otorga? Creo que todo tiene su tiempo y lugar. En ese momento no era para mi oportuno generar controversia sobre mi persona. Pues me podían quitar tiempo, recurso y desviarme de los verdaderos objetivos de la lucha. Comenzaron a aparecer las denuncias como estafador, ladrón, sádico, vividor. Cuando apenas era un borracho y un delincuente no aparecieron todas estas denuncias. Solo cuando inicie la lucha social y política a favor de la

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marginalidad wayuu; empezaron a llover esta serie de denuncias. Basta con revisar las fechas y nos daremos cuenta que todas se agrupan en el tiempo en que inicie y desarrolle mi lucha de liberación. Es decir 1.986 al 2.001, diez y seis años, pero el 99% de estas denuncias se agrupan en el tiempo mayor intensidad del conflicto, entre 1.994 y 2.006, el resto de mi vida cuando verdaderamente fui un delincuente, cuando robaba, cobraba peaje y atracaba a todas las victimas con armas cortantes y de fuego. Todos esos años de delito juntos no registran un prontuario policial tan grande como el que me aparece entre 1.994 y el 2.006, los años de lucha política y revolucionaria. A los hombres que luchamos nos persiguen, humillan y difaman y cuando no pueden con nosotros entonces nos matan. Maximiliano Montiel dirigente indígena de Acción Democrática, sus familiares indígenas y los que se beneficiaban de su trabajo político, por lucro se prestaron como instrumentos de denuncias a cambio de miserables ayudas. Se compraron los denunciantes. El objetivo llevarme a la cárcel como un delincuente común y destruir el mito de un comandante revolucionario. Lo que daría, valor a mis denuncias y a mi lucha que en realidad era el verdadero objetivo a ser destruido. Solo, sin ningún aliado político enfrentado a todo y a todos, sin recursos económicos ni materiales, cargado de denuncias, con una imagen negra y perseguido legal y poli-militarmente, sin contar los sicarios. Así tenia que seguir esta lucha. Entre las tomas mas importantes podemos destacar las fracciones parlamentarias del MAS. y Causa R, en el piso cinco en el edificio Don Diego donde retuve por la fuerza con el pueblo wayuu a un numero de diputados para obligarlos a intervenir en defensa de una comunidad indígena atropellada por cuerpos represivos. Toma del consulado de Guatemala y retención del cónsul y presidente del cuerpo diplomático zuliano Olga Flores de Boscan, reseñada en primera plana en diarios regionales y cubierta por medios nacionales e internacionales. Todos los jefes policiales acudieron al lugar, el cual fue acordonado por grupos, comandos elites de los diferentes cuerpos policiales y militares. Al sitio se apersono el gobernador encargado Oscar Rincón, el cual dijo. El gobierno de la dra. Lolita Aniyar de Castro, no negocia con delincuentes. Esto lo dijo

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refiriéndose a mí. Pero a pesar de sus palabras se sentó a negociar conmigo. Como quedo reseñado en foto de primera plana en el diario panorama. En la negociación con el gobernador, denuncie públicamente el engaño y la demagogia oficial. Solicite planes de viviendas para yukpas y wayuu. El embaulamiento de una cañada en la comunidad indígena Etnia Guajira, la cual era un foco de infecciones que causaban mortalidad infantil. La toma finalizo sin ningún acuerdo y si con muchas amenazas contra mi persona. Esto lo vas a pagar caro me dijo el gobernador al despedirse. Una madrugada cuando dormía en mi rancho me llego el cumplimiento de esta amenaza. Mi mujer me despertó sobresaltada. Teodoro, Teodoro, despierta hay hombres armados rodeando el rancho. ¿Qué son wayuu o alijunas, (no indígenas)? Pregunte. Al momento me llego una voz desde afuera que grito, Teodoro salga con las manos en la nuca y caminando lentamente. ¿Quiénes son ustedes? Pregunte. Dirección de Inteligencia Militar (DIM.), ¿Cómo puedo estar seguro que son lo que están diciendo? No tienes otra alternativa. O sales o vamos por ti y será peor para ti. Esta bien, voy a salir con las manos en la nuca y lentamente. Cuídate de hacer un solo movimiento sospechoso o te mataremos. Hice como me indicaron y Salí al exterior. Inmediatamente me ordenaron tirarme al suelo. Cuando lo hice un funcionario corrió y me puso su arma apuntándome la cabeza y otro me esposo con las manos en la espalda, luego entraron en el rancho y sacaron papeles escritos por mí. Nada de importancia, luego me llevaron al reten del Marite, en una camioneta f-100 color blanco, que tomo por la vía de Tule. Me trasladaron esposado a un tubo que servia para el caucho de repuesto en el vagón de la camioneta. En el camino se detuvieron para tomarme fotos. A los tres días me fueron a buscar y me llevaron al cuartel de la DIM; una casa quinta, ubicada en el sector las delicias. En esta estaban dos wayuu jóvenes, un hombre y una mujer, los dos me miraron burlones. Los conocía, eran del partido COPEI y trabajaban para la DIM Te los presentamos para que veas que no todos los wayuu están contigo, ni aprueban lo que estas haciendo. Según el jefe de la DIM, la orden de detenerme llego de Caracas, pero por presiones desde Maracaibo. El gobierno regional había cumplido su palabra dada en el consulado de Guatemala. Con esta detención lograron

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refiriéndose a mí. Pero a pesar de sus palabras se sentó a negociar conmigo. Como quedo reseñado en foto de primera plana en el diario panorama. En la negociación con el gobernador, denuncie públicamente el engaño y la demagogia oficial. Solicite planes de viviendas para yukpas y wayuu. El embaulamiento de una cañada en la comunidad indígena Etnia Guajira, la cual era un foco de infecciones que causaban mortalidad infantil. La toma finalizo sin ningún acuerdo y si con muchas amenazas contra mi persona. Esto lo vas a pagar caro me dijo el gobernador al despedirse. Una madrugada cuando dormía en mi rancho me llego el cumplimiento de esta amenaza. Mi mujer me despertó sobresaltada. Teodoro, Teodoro, despierta hay hombres armados rodeando el rancho. ¿Qué son wayuu o alijunas, (no indígenas)? Pregunte. Al momento me llego una voz desde afuera que grito, Teodoro salga con las manos en la nuca y caminando lentamente. ¿Quiénes son ustedes? Pregunte. Dirección de Inteligencia Militar (DIM.), ¿Cómo puedo estar seguro que son lo que están diciendo? No tienes otra alternativa. O sales o vamos por ti y será peor para ti. Esta bien, voy a salir con las manos en la nuca y lentamente. Cuídate de hacer un solo movimiento sospechoso o te mataremos. Hice como me indicaron y Salí al exterior. Inmediatamente me ordenaron tirarme al suelo. Cuando lo hice un funcionario corrió y me puso su arma apuntándome la cabeza y otro me esposo con las manos en la espalda, luego entraron en el rancho y sacaron papeles escritos por mí. Nada de importancia, luego me llevaron al reten del Marite, en una camioneta f-100 color blanco, que tomo por la vía de Tule. Me trasladaron esposado a un tubo que servia para el caucho de repuesto en el vagón de la camioneta. En el camino se detuvieron para tomarme fotos. A los tres días me fueron a buscar y me llevaron al cuartel de la DIM; una casa quinta, ubicada en el sector las delicias. En esta estaban dos wayuu jóvenes, un hombre y una mujer, los dos me miraron burlones. Los conocía, eran del partido COPEI y trabajaban para la DIM Te los presentamos para que veas que no todos los wayuu están contigo, ni aprueban lo que estas haciendo. Según el jefe de la DIM, la orden de detenerme llego de Caracas, pero por presiones desde Maracaibo. El gobierno regional había cumplido su palabra dada en el consulado de Guatemala. Con esta detención lograron

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refiriéndose a mí. Pero a pesar de sus palabras se sentó a negociar conmigo. Como quedo reseñado en foto de primera plana en el diario panorama. En la negociación con el gobernador, denuncie públicamente el engaño y la demagogia oficial. Solicite planes de viviendas para yukpas y wayuu. El embaulamiento de una cañada en la comunidad indígena Etnia Guajira, la cual era un foco de infecciones que causaban mortalidad infantil. La toma finalizo sin ningún acuerdo y si con muchas amenazas contra mi persona. Esto lo vas a pagar caro me dijo el gobernador al despedirse. Una madrugada cuando dormía en mi rancho me llego el cumplimiento de esta amenaza. Mi mujer me despertó sobresaltada. Teodoro, Teodoro, despierta hay hombres armados rodeando el rancho. ¿Qué son wayuu o alijunas, (no indígenas)? Pregunte. Al momento me llego una voz desde afuera que grito, Teodoro salga con las manos en la nuca y caminando lentamente. ¿Quiénes son ustedes? Pregunte. Dirección de Inteligencia Militar (DIM.), ¿Cómo puedo estar seguro que son lo que están diciendo? No tienes otra alternativa. O sales o vamos por ti y será peor para ti. Esta bien, voy a salir con las manos en la nuca y lentamente. Cuídate de hacer un solo movimiento sospechoso o te mataremos. Hice como me indicaron y Salí al exterior. Inmediatamente me ordenaron tirarme al suelo. Cuando lo hice un funcionario corrió y me puso su arma apuntándome la cabeza y otro me esposo con las manos en la espalda, luego entraron en el rancho y sacaron papeles escritos por mí. Nada de importancia, luego me llevaron al reten del Marite, en una camioneta f-100 color blanco, que tomo por la vía de Tule. Me trasladaron esposado a un tubo que servia para el caucho de repuesto en el vagón de la camioneta. En el camino se detuvieron para tomarme fotos. A los tres días me fueron a buscar y me llevaron al cuartel de la DIM; una casa quinta, ubicada en el sector las delicias. En esta estaban dos wayuu jóvenes, un hombre y una mujer, los dos me miraron burlones. Los conocía, eran del partido COPEI y trabajaban para la DIM Te los presentamos para que veas que no todos los wayuu están contigo, ni aprueban lo que estas haciendo. Según el jefe de la DIM, la orden de detenerme llego de Caracas, pero por presiones desde Maracaibo. El gobierno regional había cumplido su palabra dada en el consulado de Guatemala. Con esta detención lograron

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gobierno regional del comandante Arias Cárdenas. La comisión estaba integrada por el mayor Eber Salas y Jean Carlos Dimartino. Eber Salas era el jefe del servicio de emergencia 171. El caso finalizo felizmente, el gobernador ordeno una ayuda a la familia del herido para los gastos de la operación y para la misma familia. También el gobernador nos dio una audiencia solicitada por el mismo. Pues quería conocer el caso de manera personal. La entrevista fue en la residencia oficial. Le siguió la toma del palacio Arzobispal con la retención de clérigos y empleados del palacio. El Arzobispo en ese tiempo era monseñor Ovidio Pérez Morales. El caso se negoció con el canciller del arzobispado. Fueron cerradas puertas y ventanas. No se le dio entrada a la prensa; esta toma del palacio arzobispal fue con el objetivo de obligar a la iglesia a mediar a favor de los buhoneros y carretilleros. Poner fin a los desalojos y atropellos del alcalde Manuel Rosales, a quien denuncie desde la toma del consulado de Colombia. Una vez mas le toco a Jean Carlos Dimartino mediar para la entrega del palacio arzobispal. Hubo dialogo telefónico entre la alcaldía, el palacio arzobispal y el gobierno regional y se acordó suspender los desalojos. Salí de esta nueva lucha con una reflexión. No podía seguir una lucha de puras tomas; no había condiciones de finanzas, la institucionalidad me odiaba y rechazaban mis métodos; de un momento a otro tomarían medidas severas contra mi persona. Es claro que con la causa indígena nadie estaba dispuesto a colaborar, y mucho menos cuando sobre mi corrían todo tipo de cuentos, chismes y rumores, unos verdaderos y otros inventados. Cuentan que desde el destacamento veinte y uno de la policía regional, rescate un preso cuando me presente vestido de cura. Que vivía con dos wayuu que eran hermanas. Invite a una reunión para anunciar que cambiaria de forma de lucha pero tenia que encontrar la mas conveniente. Pasaron meses luego de la ultima toma, en este tiempo me dedique a enseñar a leer y a escribir. Visitar las Yonnas y a tratar de que mi familia wayuu entendieran la lucha y los porque.

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Un día viendo el noticiero, trasmitieron una noticia sobre un levantamiento armado de indígenas y campesinos en Chiapas México. Las causas de este levantamiento fueron las mismas causas por las que yo estaba luchando; pobreza injusta, mortalidad infantil, hambre y enfermedades. Ellos eran indígenas Mayas que se habían organizado en el EZLN Ejercito Zapatista para la Liberación Nacional. Habían tomado la ciudad de San Cristóbal de la Casas. Los pueblos de Ocucingo, San Andrés de las casas y Aguas Calientes, tenían su cuartel general en la selva de La candona. La noticia me impacto porque se trataba de un autentico movimiento revolucionario indígena. Me propuse a buscar mas información sobre ellos, buscando una inspiración para mi lucha. En Caracas contacte con Carlos D el Vequio, un revolucionario comunista que copiaba y vendía películas de todos los movimientos revolucionarios. El primer video del EZLN fue la toma de San Cristóbal de las casas. La convención nacional indígena de Aguas Calientes; En este video decía un indígena Zapatista, la sociedad civil Mexicana dice de nosotros los indios, que somos unos borrachos brutos, que no tenemos capacidad para organizarnos, ni para hacer nada de importancia. Nosotros hemos construido una ciudad sin ayuda del gobierno, la herramienta y la maquina. Hemos hecho todo esto para demostrar a toda la sociedad civil mexicana y a América Latina y al mundo que la dignidad esta en nosotros, los mas pobres. Estas declaraciones del indígena revolucionario frente a las cámaras para mi fueron como la luz que me alumbraría el camino para proponer una insurrección indígena en el Zulia. El 11 de Octubre de 1.994, convoque a una asamblea indígena de representantes de los cuatro grupos étnicos: wayuu, Bari, Yukpa y Añu. En esta hice una reflexión sobre la problemática de los marginados e indígenas en el cinturón de miseria; luego hable de todas las diligencias ante los entes oficiales en búsqueda de atención a esta problemática. De las denuncias hechas, de las marchas y tomas. Así como de las respuestas, primero demagógica y luego represiva del gobierno. Que entendía que todos mis recursos estaban agotados, tanto legales como ilegales, todas las puertas están cerradas, que no veía otro camino para la liberación, que el de las armas.

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Mi propuesta fue la de crear un movimiento indígena para la lucha armada de liberación, tomando como modelo el EZLN. Propuse la creación del M.G.L.N., Movimiento Guaicaipuro por la Liberación Nacional. A esta asamblea asistieron Manuel Aristón por los Bari, Segundo Romero por los Yukpas, el gallo de Sinamaica por los Añu, Manuel Aristomba por los Bari (motilones). La asamblea se dividió en dos grupos. Los que estuvieron de acuerdo y los que no aprobaron esta propuesta. Los que si convenimos en fundar el M.G.L.N., celebramos la fundación del movimiento rebelde. Me guiaba la mejor de las intenciones. Pero un movimiento como este no hace nada de la noche a la mañana, tan solo como desearlo. Yo era un romántico, un soñador ingenuo, con muchas fantasías en la mente, un pichón de revolucionario y un inmaduro en la política, pero así se empieza. Luego se va adquiriendo la experiencia y la madurez. El caso que este movimiento, si, así se podía llamar aquello nacía en unas condiciones muy adversas, por una parte la falta de conciencia y sensibilidad; el analfabetismo, la imposibilidad de interpretar la realidad en que se vive. Con esos factores no existe revolución que pueda triunfar, todo esfuerzo es inútil, es tragado por la corrupción, la viveza criolla, los intereses mezquinos y personales. Así es, que pretender fundar un movimiento revolucionario armado en estas condiciones, era una soberana locura. Los marginados y aun más los wayuu no entenderían los porque de una insurrección, pues en su inconciencia entendían las condiciones de inhumanidad en que viven como normales, lo cual no es forma de entender la realidad solamente del wayuu. Es la misma de todos los cinturones de miseria en Venezuela. Si no fuera así. Motivos nunca han faltados para una insurrección nacional de la marginalidad venezolana, por las condiciones de indignidad en que históricamente hemos vivido. Para mi, la insurrección indígena, campesina y de la marginalidad zuliana era “un sueño de libertad”, dignidad y paz con justicia social. Me veía en mis sueños capturando al gobernador Rosales, para juzgarlo por enriquecimiento ilícito, rescatando la bandera zuliana del palacio del gobierno, mil veces mancillada por la injusticia, devolviéndosela a las mayorías marginadas.

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Por su parte la inteligencia de estado y militar no se dormía. Sus bases trabajaban en todo el territorio nacional para hacer fracasar el plan de insurrección indígena. Una de las iniciativas era usar la planilla, para ello el punto doblar ya era un hecho. ahora pasaban al siguiente punto neutralizar, para lo cual solo bastaba hacer llegar a quienes pudieran darme un apoyo; información que me presentara como un traidor a la lucha de los revolucionarios izquierdistas y un hombre utilizado por la ultraderecha. A los ultraderecha la información era que, pertenecía a la extrema izquierda; así me cerraban las puertas de la derecha y de la izquierda. ¿Inteligente no? La lucha quedaba aislada, luego paso final era quemar a Teodoro Darnott; así se ponía un final definitivo a un posible conflicto armado en Venezuela. Esto por dos razones: destruía la posibilidad del surgimiento de una nueva imagen política, desligada de las corrientes poderosas nacionales e internacionales y la irrupción de un nuevo protagonismo que atrajera la atención publica y que pudiera significar un costo político para los partidos políticos de derecha y de izquierda. Lo otro es que permitir el crecimiento de la idea del M.G.L.N., podía representar un grave problema de seguridad de estado. Los órganos de inteligencia emitieron sus informenes y sus directrices. Los estamentos militares se pronunciaron antes los primeros graffiti aparecidos en la ciudad de Maracaibo. De existir como tal serán exterminados, fue la respuesta del alto mando militar zuliano ante una entrevista del diario Panorama. Algunos graffiti decían: M.G.L.N., dignidad rebelde. M.G.L.N., por el glorioso camino de las armas. M.G.L.N., Zulia la otra guerra. Panfletos repartidos en la ciudad. ¿Si nos alzamos en armas, quienes serán nuestros jueces y cuales serán los cargos?

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Folleto Cinturón de Miseria Memorial Guaicaipuro En mi ingenuidad trataba de crear un movimiento por la parte final. Por la promoción. Era como anunciar lo que aun no existía. Esto ocurrió por no haber una buena orientación. La idea de anunciar el movimiento era una medida desesperada por vincular a la causa, gente que pudiera impulsarla. En el reducido grupo que en verdad era el M.G.L.N., yo era un eje y se necesitaba reclutar un verdadero equipo. Y esto precisamente era lo que la inteligencia tenia que evitar. Este era el juego, los primeros en llegar eran fuentes de inteligencia, eso yo lo sabía y tenía que utilizarlos. Llegaron otros que no eran fuentes, pero muy pocos. El movimiento inicialmente no tenía un cuadro organizativo definido. Fundadores del M.G.L.N. Benito Zara Lugo segundo Comandante Víctor Fuenmayor Mayor Hernán Inciarte Mayor Gustavo Medina Capitán Adelaida Iguaran Teniente Lucas Iguaran Teniente Comandantes de Columnas Ángel González (El Guapito)

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Jesús González (El Catire Sierra) José Nava (El Papi) Daniel González El semanario la Razón de Caracas publicó en primera plana Movimiento Guerrillero se alzo en el Zulia, se autodenominan Movimiento Guaicaipuro por la Liberación Nacional (M.G.L.N.). En la primera plana aparecimos encapuchados uniformados y armados, Teodoro Darnott, Benito Zara Lugo, Víctor Fuenmayor y Hernán Inciarte. En ese tiempo yo utilizaba el seudónimo Mario Morales Meza. Tanto las granadas, como equipos de radios y uniformes son originales y propiedad del M.G.L.N. Estas fotografías pusieron a correr al ejército, el cual peino la Sierra de Perija. Los cuerpos de seguridad gastaron una fortuna en movilizaciones y comunicaciones, corriendo tras algo que no existía en la forma como fue presentado. Estuve varios días oculto y las fuentes cercanas a mi persona informaban mis movimientos y se planificaban mi captura. Hice todos los esfuerzos que pude para encontrar financiamiento y asesoria para impulsar la insurrección indígena, burlando la inteligencia. Pero todo fue inútil. El movimiento estaba neutralizado y yo estaba quemado. Pero soy de los que no se rinden; Así es que me dedique a hacer un importante trabajo de formación ideológica, concientización y sensibilización. Para este trabajo predicaba los valores marxistas ligados con los indo-americanos, afro-americanos y euro-americanos. En este momento de mi vida política me había estudiado El Capital de Carlos Marx, El Manifiesto Comunista, Las Venas Abiertas de América Latina, por aquí paso Zamora, En tiempos de Zamora, Por quien doblan las campanas; Las charlas se desarrollaban entre tragos de aguardiente y amenizadas con canciones de Ali Primera. Me identificaba como Marxista Leninista inspirado en las luchas de Sandino, Zapata, Zamora, Tupak Amaru, Tupak Katari y mi figura favorita el sub-comandante Marcos. Próximas las elecciones de 1.998, me traslade al barrio Dos de febrero de la villa del Rosario de Perija. Mi plan era hacer un trabajo con la comunidad

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indígena de este barrio. Traer la gente de Maracaibo hasta Dos de febrero y desde este subir a la Sierra de Perija. Mi resolución era finalmente alzarme en armas. No me importa con cuantos, ni las condiciones logísticas y económicas del alzamiento. El presidente de la asociación de vecinos del barrio, en quien confié me vendió, informando al ejercito de mi presencia en el barrio. A los pocos días percibí el extraño movimiento de la inteligencia militar. Una noche oscura estaba yo en un rancho, donde dormía, cuando escuche un ruido de vehículos que entraban en la comunidad. Me preguntaba que clase de vehículos podían ser aquellos para hacer tanto ruido ¿y porque tantos? El corazón me salto al comprender. Eso es un comboy de vehículos militares M-35. Por la forma como vienen entrando están haciendo un circulo envolvente. Salí para ver si tenía tiempo de escapar. Ya era tarde, la tropa avanzaba hacia mi, obligándome a tirarme en el suelo, luego me requisaron poniéndome las botas sobre mi cuerpo y las trompetillas de los fusiles apuntándome. Otros entraron al rancho; pasados unos minutos un soldado apareció mostrando mi pasamontañas. Mi capitán mire lo que encontré, decía mostrando la capucha y el sombrero camuflajeado con las insignias de tres estrellas doradas que representaban mi grado de comandante. Cuando el capitán miro esto grito ¡cúbranse estamos en territorio enemigo! Como en desbandada corrieron a ocultarse, mientras me gritaban, si te levantas te volamos la cabeza. El capitán ordeno a la escuadra de reconocimiento inspeccionar el área. Varios elementos de tropa salieron a cumplir la orden. Al poco avisaron que la zona estaba despejada. Un sujeto alto y delgado me levanto violentamente del suelo y apoyo en mi estomago la punta de un enorme cuchillo tipo piraña. Me grito en la cara, ahora me vas diciendo quien eres tu y que haces aquí o te abro en canal; ¡tranquilícese sargento! le respondí mirando sus insignias, somos la misma gente; a otro con ese cuento una mentira mas y te abro en canal. El hombre estaba excitado. Tenía que darle una palabra que le gustase. Esta bien, yo le colaboro, pero quíteme el cuchillo. ¿Cómo te llamas? Pregunto retirándome el cuchillo. Teodoro Rafael Darnott. ¿Quién eres tú?

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Soy guerrillero Lo que me imagine, dijo. Luego hablo con otro que parecía oficial. Mi capitán, este es el tipo que estamos buscando. Tómale la cédula respondió el capitán. Ustedes, dijo el sargento a unos soldados, tomen al prisionero y llévenlo dentro del rancho y vigílenlo. Luego tomo mi cédula de identidad y se la dio al capitán. Los soldados me amarraron con las manos atrás. El capitán se llamaba Baute y el sargento Balzan, pertenecían al batallón de tropas especiales Venezuela. El capitán era el jefe de inteligencia del teatro de operaciones numero dos. En el interior del rancho, el capitán me mando a soltar las manos, luego me pidió que me quitara la ropa, después que me agachara con las manos en la nuca. Mientras el capitán abrió un PC portátil, lo conecto a una fuente de corriente. después tomo la cédula y comenzó a manipular en el computador. Dio orden de colocar en el piso todo lo hallado en el allanamiento del rancho. Tomo fotografías de todo esto, desde varios ángulos. Luego tomo una cámara filmadora e hizo una filmación de mi persona con todas las cosas encontradas colocadas frente a mi. Después comenzó el interrogatorio. ¿Qué hacia usted en esta comunidad? Estoy haciendo un trabajo político ideológico con la población wayuu. ¿Qué grado tiene usted? Comandante ¿Cuál es su seudónimo? Mario Morales Meza ¿Cómo se llama su organización? M.G.L.N. Movimiento Guaicaipuro por la Liberación Nacional ¿Con que propósito hacia el trabajo político con los indígenas wayuu? Para incorporarlos al movimiento. ¿Cuánto tiempo llevaba aquí? Como una semana ¿Cuántos hay con usted en este lugar? Estoy solo ¿Cuántos wayuu hay reclutados en esta zona? Ninguno ¿Sabes las consecuencias del problema en que estas metido? Si, lo imagino Tu eres un comandante guerrillero, estas en el área de un teatro de operaciones donde hay una suspensión de las garantías. Están todas las evidencias, prendas militares, propaganda de guerra. ¿Que crees que te va a

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pasar?, ¿No querías ser como el Che? Pues ahora vas a morir como él, fusilado. Yo tengo órdenes de eliminarte y es lo que voy hacer ya. Ordeno a la tropa salir de la habitación y apuntarme desde puertas y ventanas, aprovisionar y desasegurar. El ruido de los seguros me erizo los bellos del cuerpo. Un escalofrió me recorrió de pies a cabeza, imágenes macabras vinieron a mi mente, me veía danzando destrozado por los disparos, sacudido por la fuerza de estos, recordé los casos de Yumare y el Amparo y llegue a la conclusión que me matarían. Espere capitán, dije. ¿Qué quieres? Permítame decir algo. ¿Para que? Todo esta claro ¿Qué vas a decir tú? A todo condenado, se le permite sus últimas palabras. Bien di lo que sea pero que no pase de un minuto. Mis palabras fueron: Es admirable el glorioso Ejercito Venezolano, forjador de libertades, ¿Cómo matan ustedes a un hombre, desnudo, desarmado? Así cualquiera mata, capitán. Lo que usted va a cometer es un asesinato, luego usted se ira a su casa, cenara, besara a sus hijos y se acostara con su mujer; pero usted nunca olvidara este crimen, este le seguirá a usted todos los días de su vida. Yo hago mi trabajo, para eso me pagan, a mi me dan una orden y yo la cumplo. Recordé el asunto de la planilla y agregue ¿usted cumple sin investigar? Le pregunte ¿sabe usted todo sobre mi persona? ¿Qué más hay que saber? Que soy un agente de inteligencia, haciendo una labor encubierta. Que al igual que usted estoy cumpliendo con mi trabajo para el estado, el cual es tan importante como el suyo. Si usted me mata sin averiguar esto, usted cometerá un grave error que luego tendrá que responder por ello. Mi gente tiene prueba e lo que estoy diciendo, recuerde el caso de Amparo. Está bien voy hacer una llamada. Como me confirmen que te mate, no me importa el resto. Tomo el teléfono móvil y marco un número. Estuvo un rato hablando y mirándome de vez en cuando. Cuando finalizo de hablar, me miro un momento sin ninguna expresión. Aquellos segundos se me hicieron eternos, como aquella oscura noche. El miedo estuvo metido en mi cuerpo, sentía un frió de muerte. Los tendones de los dedos de los pies se me encogían, causándome

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dolor espantoso, sentía ganas de defecar, pero recorred las palabras de mi padre. Cuando las cosas están difíciles hay que aguantar el tipo. La valentía no consiste en no sentir miedo, sino en saberlo controlar. Mire las caras de los soldados, estos me miraban como quien observa un cadáver, mientras me apuntaban con los fales .En espera de la orden de fuego a discreción. Aquel silencio fue roto por la voz del capitán Baute. Apunten hacia arriba, desaprovisionar, luego mando a asegurar. Vamos a trasladar al prisionero. El alma me volvió al cuerpo nuevamente. Aquellas palabras me trajeron la paz. Mi última oración había sido, señor cuando ya no hay esperanza humana posible, aun queda usted y que yo sepa usted nunca me ha fallado. Me sacaron del rancho con las manos atadas a la espalda. Ya vestido nuevamente, me embarcaron en un camión M-35. Un cabo segundo me fue golpeando por el camino. Me trasladaron a la base militar de la Villa del Rosario de Perija. Allí llego una comisión de la inteligencia del estado para reconocerme, negaron que tuviera relación con ellos, luego agregaron ese es, mátenlo. Es muy probable que en este lugar coordinaran el siguiente procedimiento con los mandos de Caracas. Después me embarcaron nuevamente en el M-35 y tomamos vía Machique de Perija, al batallón de tropas especiales Venezuela. Cuando llegamos al batallón me llevaron a un puesto de vigilancia. Me mandaron a acostarme en el suelo y me ataron, también los pies. Le dieron orden a un soldado que me vigilara apuntándome con el fusil cargado y desasegurado. Cuando me reventaba de las ganas de orinar, no me permitieron ir al baño y tuve que orinarme en la ropa. Un helicóptero llego con una comisión de Caracas, integrada por un oficial general y otros oficiales medios. Me observaron y saludaron cortésmente y dieron orden de trasladarme nuevamente. A las tres de la mañana me desataron solo los pies para volver abordar el camión militar. En total me escoltaron veintitrés elementos de tropa, el capitán Baute y el sargento Balzan. Así partimos rumbo a la Fría estado Táchira, al teatro de operaciones numero dos. Cuando llegamos a esta fortificación, me imagine el infierno que me tocaría vivir tras esos muros de cemento y piedra. Pasamos por el portón

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principal, del otro lado había un patio principal, a un lado la prevención y hacia otras lo que parecía las oficinas, mas lejos se veían lo que debían de ser las cuadras. Un grupo de soldados me rodearon, unos decían, mi capitán regálenos ese animal para llevarlo al polígono y coger puntería con él. El sargento Balzan me pateo en el pecho varias veces, las suelas de las botas me quedaron marcadas, caí varias veces en el suelo. Ese bicho si es duro mi sargento, un oficial llego un papel en la mano y se lo tendió a un guardia nacional, es todo suyo le dijo, el guardia me hecho mano por el cuello, otro me agarro por el pelo, me llevaron casi a arrastra a la prevención donde me golpearon con la culata de un fusil y patadas. Luego me llevaron a un vehiculo Toyota, levantaron uno de los largos sillones o cojines traseros y me ordenaron tenderme debajo de uno de estos. Después lo bajaron sobre mí y se sentaron sobre este cojín quedando yo apretado en la parte de abajo. Por el camino brincaban sobre el cojín a punto que me ahogaban. Mis costillas casi revientan. Cuando se los dije, me respondieron que yo era un muerto. Tomamos por un camino accidentado hasta un paraje montañoso. Allí simularon que me matarían, me tendieron en el suelo amartillaron una pistola y me la colocaron el la cabeza como en un acto de ajusticiamiento. En eso llego la llamada contra orden. Sabía que esto era una guerra psicológica para llenarme de pánico. El caso es que en ninguna forma me trasladarían desde tan lejos para matarme en este lugar. Eso no tenia sentido. Hay que trasladarlo a la DIM dijo el que recibió la llamada. En las mismas condiciones me regresaron al teatro de operaciones, pero no me bajaron de lo Toyota, recogieron un oficio y salimos en dilección a la Fría, pues el teatro esta en la entrada del pueblo. En la Fría llegamos a un sector residencial, nos detuvimos frente a una casa, donde estaban unos funcionarios, era la sede de la DIM en la Fría. Los guardias se bajaron abrieron la puerta trasera y me ordenaron descender, los que estaban en frente de la DIM se acercaron y me reconocieron, ¡valla, pero si es Teodoro! Los guardias entregaron el oficio a los de la DIM y estos me recibieron. Cuando cruce la puerta de la sede de la DIM, recibí un patadon que me empujo hacia delante. Bienvenido al infierno Teodoro, el fin de tu camino. En la DIM me estrangularon las manos hasta ponerse negras, esto lo hacina colgándome de ellas, cuando proteste la respuesta fue: los muertos no

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necesitan manos. Dos días después de intensos interrogatorios me trasladaron a la policía regional en calidad de depósito, aislado en un calabozo. La orden era que nadie me hablara, ni se me acercaran. Me trasladaban a la DIM y me regresaban a la policía regional. Una mañana me mandaron a bañar y me dieron ropa limpia y una prestobarba. Luego me llevaron a la sala, sin esposas y me pidieron sentarme en unos de los muebles, espere aquí me dijeron. Me pusieron la cédula en el bolsillo de la camisa. Te tenemos una buena noticia Teodoro. Te vas en libertad. Ya eres un hombre libre otra vez, solo hay que esperar la boleta de libertad. Cuando estuvo lista me dijeron que tenían que llevarme a un lugar donde me darían libertad. No hay necesidad que me lleven a ningún lugar, yo puedo irme por mi mismo. No, dijeron, la orden es llevarte hasta ese lugar y soltarte allí. Esto en realidad no lo entendía ¿porque tenían que llevarme y porque en un sitio especial? Al menos que esto no sea ninguna libertad. Hable con el comisario, le dije sea lo que sea dígame la verdad. Pues bien, me respondió, ya que lo quieres saber. La verdad es que mañana los diarios presentaran tu caso como muerte en enfrentamiento, al hacer armas contra una comisión policial. Pero es que yo no voy hacer armas contra ninguna comisión. Ni siquiera tengo un arma. Tú no tienes que hacer nada, nosotros nos encargaremos de que así aparezca. Fíjate tu, nosotros te dimos libertad y ¿que hiciste?, fuiste y te armaste y cuando una comisión policial te dio la voz de alto, en vez de atender la orden, hiciste armas contra la comisión, estos repelieron el ataque con el lamentable hecho de que perdiste la vida. Ahora te van a trasladar hasta el lugar acordado y te dejaran en ese lugar y allí estara una comisión de otro cuerpo policial que son los que se encargaran de ti. Ustedes no pueden hacer eso. Pues es un hecho Teodoro. Comisario ¿usted puede hacer algo por mi? Nada, son órdenes de arriba. Eso tenía que haber ocurrido, el día que te capturaron, solo se prorrogo para interrogarte. ¿El capitán no te lo advirtió? Si pero todo parece mentira. Pero es una realidad y es mejor que valla pensando en que es la consecuencia de todo lo que has venido haciendo contra el estado; usted es un problema para la seguridad del estado,

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para las buenas relaciones diplomáticas. Después de analizar todas tus acciones, estamos convencidos que es lo mejor. Pero confórmate, hicistes mucho. Hay algo que si puede hacer por mí, le dije, ¿Qué? ¿A que distancia de la otra comisión me van a dejar? A unos 200 metros, ayúdeme un poco comisario. Solo le pido unos metros mas lejos, lo demás queda de mi cuenta, es una oportunidad mínima y usted no tendrá cargo de conciencia. Esta bien solo unos metros. Vamos muchachos llévense a Teodoro. Fui embarcado en una Toyota color blanco, esposado. Dos funcionarios se colocaron delante, el que acompañaba al chofer llevaba la pistola en la mano. Salimos e hicimos un recorrido hacia las afuera del pueblo. En el camino se detuvieron, Teodoro te vamos a explicar para que colabores con nosotros; fíjate te voy a quitar las esposas. Desde aquí en adelante, vas sin esposas y con la mano puesta en el pasador de la puerta. No intentes algo, o solo vas a precipitar tu muerte. Vamos avanzar y cuando el vehiculo se detenga y suene la bocina tu abres la puerta y corres como cuando eras jovencito. Si tienes suerte te le sales a la otra comisión, si no lo lamento. ¡Suerte!. El vehiculo arranco nuevamente, había vivido unos días mas, mi Dios me había salvado y ahora regresaba a lo mismo. Pensé en Adelaida, en mis cuñados, en la causa wayuu; todo había fracasado. El estado era demasiado poderoso y yo solo era un marginado que me atrevía a desafiarlo. Era la lucha de la hormiga contra el elefante y ahora me aplastaba. Era el fin de toda esta lucha, el fin que comenzó con el chantaje por medio de la denuncia o del expediente en la comisaría de Chacao. No me vencieron y por eso me matan. Llegamos a una carretera descubierta, ¿Teodoro ves aquel punto amarillo que se ve allá adelante? Si. Eso es una patrulla, vamos a detenernos y a tocar la bocina, cuando la oigas abre la puerta y corre, quedaras en poder de ellos, ven para quitarte las esposas. Es mentira, dije, son ustedes quienes me dispararan. No hay tiempo, solo te queda confiar. El carro se detuvo y sonó la corneta, al otro lado se oyó el zumbido de motor, esto me indico que era verdad. Abrí la puerta, esperando disparos por la espalda, pero el toyota blanco avanzo a velocidad mientras yo corría por la carretera buscando un camino por donde evadirme. El otro vehiculo avanzaba

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a velocidad, aproximándose a donde yo estaba huyendo. Encontré un camino que daba al patio de una vivienda, donde una señora tendía ropa. Corrí hacia ella y le hable, ¡señora, ayúdeme! Me persiguen para matarme. En eso apareció la trompa del jeep, los funcionarios se bajaron corriendo y haciendo disparos. La señora le dijo a un niño que salio de la casa, hijo sácalo por la parcela del compadre. El niño y yo corrimos perseguidos por los funcionarios. El pequeño me dejo en un monte cerrado y me indico, siga en esa dirección y va a conseguir una siembra y una casa, dígale al señor que le muestre la salida. Me aventure por el lugar que me indicaba el muchachito que desapareció en otra dilección… oía las voces de mis perseguidores, por allá va, decían. Prestando atención a mis perseguidores me perdí totalmente. Lo peor fue que me metí en un lugar donde el monte era tupido, tejido por bejucos arrañegato y jalapatras, estos hacían imposible el avance, claro que a mis perseguidores les estaba ocurriendo lo mismo. Salí de ese lugar y camine desorientado. No sabía hacia donde me dirigía, temía encontrarme de frente con mis perseguidores. Me encontré con una cerca ciclón, la seguí hacia el lado izquierdo y salí de frente a una edificación, que me pareció el garaje municipal. En el portón un agente de la policía regional, montaba guardia sentado y con una ametralladora descansando sobre las piernas. Este hombre no podía saber nada de lo que estaba ocurriendo, solo le podía llamar la atención el poco de rasguños y la ropa sucia por el monte, pero estaba muy distante para apreciar esto; me arregle un poco y salí con naturalidad. El agente me miro con indolencia y continué con paso natural. Una vez en el pueblo de la Fría trate de encontrar ayuda, pero nadie quería comprometerse. En la sede del partido Quinta República encontré un revolucionario comunista a quien relate lo acontecido. Este hombre me ayudo. Contrato a un taxi y le contó al taxista mi situación, le pidió ayudarme, el taxista dijo que habían varios puntos de control y operativos de búsqueda. Lo más aconsejable era llevarme hacia la salida que va para Coloncito y me dejaría antes del puesto de control. Cuando llegamos me mostraron unos cerros a la orilla de la carretera, vallase por encima de esos cerros, ira viendo la carretera; mas adelante esta el puesto de control donde hay un operativo, por ahí

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caminando siempre por los cerros, va a salir a Coloncito. A la puerta del cementerio. Camine un tiempo, no se cuanto hasta que llegue frente al cementerio, como me dijeron. Entre de noche a Coloncito, busque una iglesia evangélica y le conté al pastor mi experiencia. El pastor me ayudo, me regalo una ropa limpia y me permitió bañarme, también me dio algo de comer, luego me acompaño a la salida del pueblo y me embarco en una gandola lechera hacia Maracaibo. Por el camino tuve que contarle al chofer mi situación, ya que tomo la vía por donde estarían los operativos. No te preocupes hombre, por esta vía pasan cientos de gandolas lecheras; ellos no la detienen. Colócate mi gorra y esta toalla en el cuello y te recuestas contra la puerta y ellos al verte pensaran que eres el ayudante. Hice como el me dijo. Pasamos por todas las alcabalas. En una de ellas mire al sargento Balzan y al capitán Baute, los cuales hicieron señal para que la gandola pasara más aprisa. Fue un viaje muy tenso. Por fin entramos a la ciudad de Maracaibo, sentía prisa por llegar al rancho y encontrarme con los míos. Al entrar en la comunidad, los amigos se alarmaron y me dijeron estas loco, como se te ocurre aparecerte, te andan buscando la guardia y la policía. ¿Cuánto tiempo hace que estuvo la ultima patrulla?, quizás unos diez minutos, pero regresaran. Así han estado, van y viene. A pesar de la advertencia llegue hasta el rancho pude abrazar a mi mujer, saludar a mis cuñados. Adelaida me dijo, Teodoro tienes que irte horita, las patrullas no salen de acá, a cada momento están llegando, como si supiera que tu vienes hacia acá. Tome un poco de comida, una ropa y salí nuevamente, hacia la casa del Guapito. En casa del Guapito estaban otros wayuu amigos. El me dijo, tranquilo comandante que aquí esta usted seguro, nadie lo delatara. Mande a llamar al Catire Sierra, Lucas, El papi, Hilario y Luís. Mande a comprar chirrinchi y empezamos a beber para celebrar mi libertad, como era mi costumbre cuando bebía, se me pasaron los tragos. El chirrinchi me hizo incorporar los espíritus; el temor desapareció. Ya no le temía ni al mismisimo diablo. En medio de tragos les relate mis aventuras, las cuales celebraron como heroicidad. ¿Y que harás ahora comandante?, Organizar mi ejercito y luchar, si

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ustedes me siguen, saben que son mis amigos y mis hermanos, la razón de mi lucha. Claro que puedes contar con nosotros. ¿De verdad, vedad? Pregunte. ¿No te lo hemos demostrado acaso? Nosotros estamos para lo que sea, decían borrachos. Entre cantos de gallo hice nombramientos y otorgue grados militares. Las mujeres presentes reían escuchando mis locuras. El caso es que esa noche nombre mi estado mayor con todos ebrios. Seguimos hablando, haciendo planes de trabajo y de lucha hasta que el sueño y el aguardiente nos rindieron. Cuando se me paso la rasca quede sumido en una gran reflexión. Hay que hacer algo mas serio. Comunidad Indígena Revolucionaria Hacia como un mes que bahía regresado de la fría y ya tenia una nueva idea. Hable con Guapito de esta idea y con Catire Sierra. Muchachos comienza la lucha ¿ven ustedes esas tierras que están a la orilla de la carretera? Si claro contestaron, esas son de Cheo Pozo, ¿Por qué? Vamos a invadirlas ¿invadir esas tierras? Ya fueron invadidas varias veces y lo que han ganado quienes las invadieron, fue perder el tiempo, el esfuerzo y los recursos invertidos en ese lugar. Si muchachos, pero ahora vamos a defender con el alma. De, el éxito de esa invasión va a depender el M.G.L.N. el cual tomara algo de fortaleza a partir de esta ocupación. Esta ser una importante batalla contra el gobierno regional y sus cuerpos represivos. ¿Cuándo y como las vamos a invadir? Pregunto el Guapito, invadirlas será sencillo. El Catire Sierra y yo iremos por las comunidades convocando a la gente, el Guapito y el papi comenzaran a limpiar el terreno junto a la carretera, para que los vecinos se incorporen a la invasión. Manos a la obra. Fuimos convocando la gente rancho por rancho, unas horas mas tarde, había mucha gente limpiando la tierra y no cesaban de llegar nuevas personas. Ordene al Guapito y al Catire Sierra reunir toda la gente entorno a una pequeña loma que había en el terreno. Al rato estaba la gente congregada, me dirige al

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grupo de parceleros de esta manera: ustedes me defendieron a mí y yo les defiendo la tierra, la cual les pertenecerá. Ustedes saben que en estas luchas los cuerpos represivos buscan es al líder para hacer fracasar la toma de las tierras. Los acontecimientos ligados a la ocupación ocurrieron en el sector El níspero, en la parroquia Antonio Borja Romero Municipio Maracaibo, Estado Zulia y fueron una nueva fase en la evolución de M.G.L.N. Movimiento Guaicaipuro por la Liberación Nacional. Lo bueno es que en estos momentos me encuentro libre de la prisión y libre de la presión de la inteligencia de estado. Aunque estos siguen mi trabajo a distancia, no están dentro del grupo, pues los fundadores ya no están con nosotros. Me refiero a los no indígenas, que en su mayoría eran informantes. La idea a poner en practicaron estas tierras, era fundar una comunidad indígena revolucionaria, que rompiera con la realidad de miseria y marginalidad. La comunidad ya formada, concientizada, sensibilizada, seria la primera fuente de recursos financieros para el M.G.L.N. Es decir, dirigidos a impulsar la insurrección indígena. Esta comunidad revolucionaria seria la primera, luego vendrían otras y así hasta cubrir el cinturón de miseria. Además cada comunidad revolucionaria seria un frente de lucha armada. De esta forma la revolución wayuu haría ejercicio del poder político en el municipio Maracaibo, pues cada comunidad auto sustentable y alternativo, seria autónoma en lo político. Estas fueron las ideas compartidas con los wayuu en mis reuniones. Es cierto que el entendimiento o la interpretación de estas palabras en la población wayuu era muy pobre. Ellos tenían su atención puesta, más en un pedazo de tierra, que en un proceso de liberación. Ni siquiera sabían el significado de la liberación; pero todo esto marcaba el comienzo del proceso de liberador. De la inconciencia nacía la conciencia revolucionaria. El día de la primera reunión me presente vestido, mitad civil y mitad militar, sombrero camuflajeado con tres estrellas doradas que significaban el grado de sub-comandante, pues de acuerdo al modelo de organización propuesto por el M.G.L.N., el comandante era el pueblo y el sub-comandante solo seria la voz y el instrumento político militar para los objetivos del pueblo. Use camisa

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camuflaje y una escopeta calibre 16 al hombro. Esta vestimenta también la adoptaron los demás comandantes wayuu, por lo que el grupo o estado mayor se distingue del resto de la columna guerrillera que estaba improvisando. No teníamos armas de guerra en ese momento, solo dos granadas M26 3.5, el armamento consistía en revólveres, pistolas y escopetas. Con la invasión, el M.G.L.N. efectivamente se fortaleció. Ingresaron Ana Cleotilde González, Alirio Rodríguez (alias Chávez), Arturo Montiél, Mario Machado, Antonio Rodríguez, Lucila González, unos participaban de manera conciente como Ana Cleotilde y Arturo, que sabían que estaban participando en una columna guerrillera. En las noches la columna se movilizaba uniformada de manera irregular, con los rostros cubiertos y armados. Con este giro que tomo mi situación me sentí mas seguro. En reconocimiento a quienes lucharon conmigo por la liberación y la tierra. Es bueno recordar el heroísmo anónimo de Ana Cleotilde González, una autentica comandante wayuu, mujer de armas tomar, dirigió los combates con la fuerza publica y organizo la defensa de la ocupación. Luego apoyo la toma de las fracciones parlamentarias y retención de diputados en el edificio Don Diego. Arturo Montiél esposo de Ana Cleotilde comandante Wayuu, guerrillero por convicción dirigía la columna armada del M.G.L.N. en la comunidad revolucionaria, los cuales capturaron un importante numero de malandros y sicarios, enviados por dueños de la tierra para asesinarnos, fueron protagonistas de primera fila en la lucha contra los cuerpos de seguridad lanzados contra nuestro movimiento. Alirio Rodríguez (alias Hugo Chavez), lo llamamos así porque no se quitaba de la cabeza una roja boina de fieltro, su esposa Alicia a quien llamamos Maria Isabel Rodríguez, Lucila Montiél, hija de esta pareja, participaba en la columna guerrillera. Con Lucila viajamos a Caracas y participo en luchas estudiantiles en la UCV, con ella me unió una gran amistad. Los hermanos de Lucila, uno llamado Abel y otro que no recuerdo, eran combatientes, se enfrentaron a los cuerpos represivos con bombas incendiarias con hondas. Karina González y su hermana Mirian, se destacaron como colaboradoras en la base.

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Entre los que traicionaron la causa de liberación de la revolución wayuu, estuvieron: Juan Martínez (alias el comandante Jerónimo) quien era informante y en dos ocasiones junto con la inteligencia me tendió trampas para capturarme. Eudo Urdaneta, un adeco infiltrado, que se beneficio de la ocupación y luego trabajo y lucho para destruir el trabajo de nuestra organización, colocando denuncias en jefaturas, comandos policiales, asamblea legislativa y hasta en la inteligencia del ejército. Junto con este actuaron en la contra revolución, Rita Ramírez, Julio Barrios, Cecilia Jayariyu, asesorados por Mariyulis Urdaneta, concejal de Acción Democrática. También es bueno recordar que en la lucha por la tierra murió Ricardo Montiél, uno de nuestros combatientes, hubieron presos y heridos, entre ellos Ana Cleotilde González, todo esto ocurrid en cuatro violentos desalojos contra la comunidad revolucionaria. El trabajo mas efectivo de la contra revolución consistía en dividir la comunidad revolucionaria y enfrentarla, obstruir la revolución. La denuncia ante inteligencia de la primera brigada hablaba de la creación de la columna guerrillera. La Inteligencia de la primera brigada comisiono al sargento Rivera, para entregar la boleta de citación contra Alirio Rodríguez y mi persona, cuando el sargento llego a la comunidad, la comunidad quiso lincharlo y lo salve. La comunidad revolucionaria tenía una experiencia amarga con los cuerpos represivos, por eso se indignaron por la presencia militar, pues recordaron todos los abusos de los que fueron victimas durante los desalojos. Yo actué con nobleza al rescatarlo, la comunidad lo culpaba de la quema de sus enseres, las detenciones y las torturas. Otro en mi lugar no lo habría salvado y mas si se toma en cuenta todas las golpizas y temores que viví en el batallón de tropas especiales de Venezuela y el teatro de operaciones numero dos. Fui más noble que el capitán Baute y el sargento Balzan. Me comporte como un verdadero comandante revolucionario, al proteger su dignidad humana, no importándome que se tratara del enemigo de mi causa. Me dolía enormemente cuando los llamados revolucionarios les creían

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con tanta facilidad a los contrarrevolucionarios y hasta apoyaran la contra revolución, cuando apoyaban a los contra revolucionarios. En este trabajo y esta lucha ningun partido, ni ningun movimiento político nos dio o nos ofreció el más mínimo apoyo. Para los revolucionarios yo era de la oposición y para la oposición era de la revolución, estaba en medio de la correlación de fuerzas en el ojo del huracán. El dueño de la tierra compro al prefecto Gabriel Puche Nava, el cual lanzo en mi contra al gobierno de Arias Cárdenas, a los cuerpos represivos y junto a estos actuaban grupos de delincuencia común contratados y llevados en camiones por el “dueño de la tierra”. Estos malandros tenían la misión de apoyar a los policial y a los guardias nacionales, en tumbar los ranchos y quemar los enseres, tan bien cumplían la labor de intimidación. Los malandros acampaban por las noches en terrenos vecinos. En ese lugar bebían y hacían tiros hacia la ocupación, donde nos encontrábamos nosotros. Por supuesto que la columna guerrillera les respondíamos y los manteníamos a raya. En la noche en la ocupación organizábamos la Yonna, tocábamos la kasha y bebíamos chirrinchi. En el día se trazaban y limpiaban las calles, todo se hacia en equipos y se recogían colaboraciones para comprar chirrinchi, así mezclábamos el trabajo, la cultura y las armas Cuatro veces nos destruyeron la comunidad, cuatro veces la volvimos a levantar. Fue tanta la violencia que un día me vi en la necesidad de huir a Caracas, donde me presente en la comisión de derechos humanos del congreso nacional. En esta comisión presente pruebas de los abusos cometidos contra la comunidad y la persecución contra mi persona. Las pruebas fueron graficas tomadas por un periodista amigo. En la comision de derechos humanos del congreso nacional, me envió con un informe a la Dra. Martha Benavides, directora de la secretaria de derechos humanos de la presidencia de la republica, en esta comision me tomaron declaración y me remitieron al despacho presidencial, en el cual fui atendido por el secretario privado del presidente Raúl Isaías Baduel, quien le presento el caso al presidente Chávez.

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El presidente Chávez ordeno enviar una comision del Fondo Único Social, para que nos ayudaran con nuestro proyecto de desarrollo sustentable. También me entrego un oficio para el gobernador Arias Cárdenas, donde se le pedía suspender todas las actuaciones contra la comunidad revolucionaria y las persecuciones contra mi persona. Además se le notificaba que la presidencia pasaba a conocer del caso. Me enviaron a FUS Fondo Único Social, donde me atendieron los comandantes Willians Fariñas e Iván Ballesteros. Estos me informaron que tenían instrucciones de viajar a Maracaibo y visitar la ocupación, para conocer de manera personal, para colaborar con nosotros. Me dieron los viáticos y pasajes para regresar y me dijeron que ya no tuviera temor que todo estaba resuelto. El mismo día de mi llegada reuní a la comunidad y le di cuenta de mis diligencias y de los resultados de estas, relatándoles con detalles lo ocurrido. Les dije que teníamos que prepararnos para la visita de estas personalidades, luego escogí una delegación para visitar la gobernación y entregar la carta de la presidencia. La delegación estuvo integrada por: Ana Cleotilde González, Alirio Rodríguez y Arturo Montiél. También compramos una tela e hicimos una pancarta que decía: Bienvenidos a la comunidad revolucionaria indígena Jehová Nisi, le dibuje signos de las castas wayuu y la figura de una wayuu con ache’pa (pintura wayuu a base de hongo en la cara). Esta pancarta la colocamos a la orilla de la carretera, entre el Níspero y La Gallera. El día señalado llego la comisión del FUS, enviada por el presidente Chávez, los comandantes Willians Fariñas y Iván Ballesteros, mas una comisión del gobierno regional. Reuní la comunidad para escuchar a la comisión presidencial. Estando atendiendo a la comisión se aparecieron los contra revolucionarios Eudo Urdaneta, Julio Barrios, Rita Ramírez y Cecilia Jayariyu, todos de Acción Democrática. Estos pidieron hablar con los visitantes, cosa que evitamos, pues se proponían sabotear cualquier apoyo que pudiera significar un triunfo de la revolución wayuu. Su estrategia, usar la denuncia como arma política, como manera de desvirtuar y hacer fracasar el proyecto revolucionario.

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Los visitantes dijeron que el FUS encargo a la Dra. Carmen Pérez de Núñez para atender a las soluciones de algunas necesidades de nuestro proyecto, entre las soluciones aprobadas, estarían un plan de viviendas y créditos para la producción. La Dra. Carmen Pérez directora regional del FUS Zulia, asumió este compromiso con nosotros. Otro que fue el delegado por el gobierno fue José Huerta director regional del Instituto Agrario Nacional, región Zulia IAN. Este se comprometió en un acta firmada con el FUS, funda común y la federación campesina a dotar a nuestro proyecto de unas 17.993,3 hectáreas de tierra para la realización de nuestro proyecto autogestionario y alternativo el cual denominamos “Mi Pequeño País”. El FUS seria una institución facilitadora y auspiciadora del proyecto, así como financiadora de un plan de viviendas y un proyecto de agricultura urbana hidroponía, todas estas instituciones y “Mi Pequeño País” firmamos un acta convenio, donde el IAN se comprometía a dotarnos de las tierras y “Mi Pequeño País” a ejecutar el proyecto con la ayuda del FUS, la federación campesina, funda común; ahora bien mientras nosotros trabajábamos, la contra revolución también trabajaba, Julio Barrios, Rita Ramírez, Eudo Urdaneta se trasladaron a Caracas y valiéndose de su condición de indígenas, hicieron denuncias que indispusieron a la presidencia y al FUS en mí contra y en contra del proyecto. Es que ¡hay “revolucionarios” que parecen no saber, que hay wayuu que forman parte de las autodefensas unidos de Colombia! Lo que se conoce como contra insurgencia wayuu, pertenecientes al bloque norte de las AUC. Que los wayuu son colombos venezolanos, la mayoría con doble cedulación. Que los en Colombia, son liberales y conservadores. En Venezuela son adecos y copeyanos. Que tanto en Colombia como en Venezuela los compran para usarlos como contra revolucionarios, pues la gente de la revolución, ósea, Willians Fariñas y quienes atendieron en Caracas a los contra, sin siquiera llamarnos a nosotros, nos marginaron y les creyeron a los enemigos de la revolución wayuu, pues estos habían cambiado los hechos o distorsionado todo lo que nosotros estábamos haciendo. No solo cambiaron los hechos, sino aun mas los motivos que nos inspiran. Y tuvieron éxito, fue la victoria de acción democrática contra la

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revolución wayuu, con la valiosa ayuda de funcionarios del “proceso revolucionario venezolano”. Desde ese momento todo fue mentiras y demagogias de parte de Carmen Pérez de Núñez, una ex-copeyana funcionaria del FUS Zulia, José Huerta Delgado del IAN Zulia. Ante tanta burla de Carlos Olivos y Carmen Pérez, decidí tomar el F.U.S la toma fue violenta y una señora resulto herida. Ante estos hechos Carmen Pérez me tendió una trampa. Me mando a pasar a un salón de reuniones, mientras por otro lado notificaba al general Efraín Vázquez Velasco de lo ocurrido en la sede del FUS. Al momento llegaron una comisión de la policía regional fuertemente armada y el sargento Rivera de inteligencia de la primera división. La comisión policial me traslado detenido por orden del general Efraín Vázquez Velasco. Me trasladaron al destacamento de valle frió de la policía regional, luego fui trasladado al reten de Marite. Estando retenido en un calabozo junto con la delincuencia común, me gane la simpatía de los presos, cantando canciones de Ali Primera. A los pocos días me dieron libertad, con la condición de firmar un compromiso de no tomar represarías contra Carmen Núñez, cosa que para hacer honor a la palabra, cumplí hasta el día de hoy. Esta detención cerró la puerta de las diligencias con el gobierno sobre el tema “Mi Pequeño País” y la ayuda prometida, una vez más tenia que volver a la lucha por la vía de los hechos. “Mi Pequeño País” De las grandes locuras, nacen las grandes empresas Salí en libertad y volví a la comunidad. La contra revolución, nos habían dividido. La mayor parte de la gente estaba con ellos, pero aun así tenia gente que me seguían y conservaba mi equipo de trabajo y la columna del M.G.L.N. Esta nueva situación me planteo un cambio de planes, abandonar las tierras y la comunidad revolucionaria y ocupar las 17.993,3 hectáreas de tierra que nos dio el IAN mediante el acta convenio,

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Paso un tiempo, en que me dedique a preparar la macro ocupación de tierra, la más grande ocupación que se haya realizado en el estado Zulia y en Venezuela. También dedique mucho tiempo a la lectura, pues en esta encontraba los aspectos ideológicos, filosóficos y políticos por los cuales alimentar mi lucha. El primer valor para mi es Dios, por eso la primera comunidad le puse Jehová Nisi, (Dios es mi Estandarte), pero la religión evangélica me había enseñado que Dios no quiere luchar, que eso fue en el tiempo de la ley y hoy estamos en la gracia. Así es que no encontraba como darle lugar a Dios en la causa de la revolución wayuu. Por esto luchaba inspirado en lo que había leído de Ezequiel Zamora, El jefe del pueblo soberano, Juan Parao, El del caballo jerrao con el casquillo al revés, pa que lo busquen por un camino, cuando por el otro se fue, Juan el veguero tan solo la fuerza de una idea justiciera mantenla vivo aquel hombre, cuando la hubo consumado, callo muerto con el machete rabón en la mano. El otro elemento con el que mezclaba estos relatos, era el Marxismo, para esto estudio la Biblia del Marxismo, la máxima obra de Marx El Capital. Del Marxismo tome los siguientes aspectos: Que la sociedad en la que vivimos esta organizada y estructurada en un modelo socioeconómico de explotación de la fuerza de trabajo y de confiscación de los medios de producción y en especial de la tierra. Así crearon a partir de este sistema o modelo económico y social, las clases sociales y la discriminación contra los explotados. Se levantaron las clases sociales que acumularon riquezas y nosotros la clase marginada acumuladora de hambre y muerte inútil, pero a este pensamiento Marxista la agregaba el elemento autóctono. El pensamiento y el sentimiento del Juan Parao, el del soldado Zamorista, el de José Tomas Boves, y el pensamiento de Juan el veguero. Hoy en el momento en que escribo este libro, reconozco que toda la fortaleza de mi lucha se alimentaba de un sentimiento de odio y este odio ideológicamente hablando, era un elemento principal para impulsar la lucha de clase, pues había que actuar con pasión. El descubrimiento de una realidad de injusticia la cual se muestra y se explica desde los cuadernos populares Marxistas, provocan la indignación, el odio y por supuesto el deseo de lucha, por eso la lucha desde el Marxismo es lucha de clases, de confrontación de los

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explotadores, es la lucha por un cambio de sistema, del sistema capitalista hacia un sistema socialista, ahora desde el pensamiento de los valores de la marginalidad insurgente. He llegado a entender que todos los procesos revolucionarios, donde se presenta la liberación de los marginados y la reivindicación de los oprimidos, siempre han sido secuestrados y conducidos al servicio de las glorias personales de sus líderes, de las ambiciones de poder, de dinero y de protagonismo. Es un hecho que esto lideres, no hacen la revolución desde la marginalidad, por la marginalidad para la marginalidad y con la marginalidad, sino desde las alturas del poder donde viven el lujo y la extravagancia, en medio de las masas marginadas hambrientas; así se pervierte todo proceso tragado por los privilegios, el enriquecimiento y la corrupción. Así se perdió la independencia, pues esta no reivindico a los negros indios, peones y campesinos enfeudados, así se perdió la revolución campesina de 1.846, la lucha de los años 60 y ahora el nuevo proceso. Mi propuesta en estos momentos era que la revolución había que hacerla desde los cinturones de miseria, desde el campesinado, el peonado y la indignidad rebelde e insurgente. Mi planteamiento es la insurrección nacional de la marginalidad, para derrotar por la vía de las armas el sistema capitalista y establecer socialismo de la clase oprimida y explotada. La lectura de los textos Marxista, cambiaron mi vida, de ser un delincuente común a un guerrillero revolucionario, mi grito favorito cuando estaba ebrio de chirrinchi era: “patria para los indios y muerte a la oligarquía”. Varias obras de la literatura impactaron mi vida, entre ellas recuerdo: El coronel no tiene quien le escriba, un ejemplo de la dignidad humana, que no se doblega Sobre la misma tierra. Canaima Canta Claro, Por quien doblan las campanas, Las venas abiertas de América Latina, La rebelión de las ratas. Yo leía y senita, pero lo que no tenia la capacidad era de leer con y comprender mi entorno. El significado de esa realidad y los fenómenos sociales, culturales, morales, políticos, que contribuyen a la formación de la marginalidad y la miseria en los sistemas socio eolíticos, solo analizaba desde una sola

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óptica, la Marxista. Como si el universo solo estuviera compuesto de Marxismo y antimarxismo. La lucha tenia que continuar, tenia un acta firmada por el IAN, FUS, FCV, donde se especificaba la ubicación de las 17.933,3 hectáreas de la tierra, que comprende varios fondos, en el sector Río Aurare el Zamuro, en el municipio la Rita del estado Zulia. Un día hablando con Adelaida le dije: me voy una vez mas mi cosita bella, como la llamaba. Voy a ocupar las tierras que me prometió el gobierno y que no me cumplió. Habla con tío Antonio, que me preste el patio de su casa para hacer reuniones allá, y organizar a la gente para la gran ocupación de tierra. Fije la fecha de la primera reunión para un día sábado, en la casa de Antonio, el tío de mi mujer. Allí fueron llegando los wayuu. En esta primera reunión fuimos pocos, pero en los sábados siguientes el numero de los participantes fue creciendo y el sitio se hacia el menos apropiado para tanta gente. Para proceder a la ocupación necesitaba por lo menos 1.500 parceleros. El proyecto seria el mismo, el M.G.L.N. tras la fachada “Mi Pequeño País”, claro esto solo lo sabíamos quienes estábamos en el secreto y la inteligencia de estado, que conocías como los grupos insurgentes operan tras fachadas. Al proceso se sumaron nuevos lideres wayuu: Alberto Paz y Bartolo Fernández, este ultimo aporto un vehiculo Malibu Clasis para las diligencias del proyecto, principalmente la convocatoria de las 1.500 personas. Para la convocatoria escogí como lugar el parque Urdaneta en la avenida Padilla. Hice unas hojas volantes donde convocaba a todos los interesados en tierras para cultivos y cría. Una cosa importante para el éxito de la ocupación era la logística. En los fondos había bienechurias que justificaban derechos de propiedad por posesión. La logística era para la defensa de la ocupación, de los dueños de estos derechos, que eran muchos y de los cuerpos represivos que defenderían estos derechos y a sus dueños. La lucha se podía presentar, pues las tierras requerían un saneamiento legal, antes de ser ocupadas. Pero como el IAN y el FUS estaban colocados en una actitud demagógica, que apoyaba la contra revolución. Esto nos obligaba a ir por la vía de los hechos, ó sea pasar por encima de los procedimientos legales y exponerme a ser incriminado por delitos contra la propiedad y estafa; pues infiltrarían personas para que

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colaboren y luego denuncien estafa, pero así es la lucha, no hay opción, lo otro era rendirme. Así que opte por lo otro, le puse fecha a la primera concentración de masas por la tierra. Con Bartolo en el Malibu recorrimos las comunidades wayuu, repartimos volantes de invitación en Las pulgas, San Felipe, Santa Cruz de Mara y en comunidades de Maracaibo. La reunión fue convocada para un día domingo en la mañana. Ese día como de costumbre, me levante temprano, había hecho el esfuerzo, faltaba ver ahora los resultados, si no era lo que esperaba, todo se habría perdido. Tome una buseta para el centro, había quedado con Bartolo que nos encontraríamos en el parque Urdaneta. Me quede en la esquina de la Villa Bolivariana y continué a pies hasta el parque. A medida que me acercaba sentía como ansiedad. Cuando pude ver el parque lo primero que se me ocurrió pensar fue que me habían ocupado el lugar con alguna actividad oficial. Había mucha gente y carros. Me metí entre la gente, pregunte a uno sobre el motivo de la concentración. El señor por toda respuesta me mostró el volante repartido por nosotros, ¿Cuántas personas más vinieron? Le pregunte dudando aun del éxito de la convocatoria. Todos los que ve aquí. Mire a mi alrededor y se me pararon los bellos del cuerpo. Aquel lugar estaba copado de tanta gente y vehículos, hasta había un bus. Me dirigí al centro del parque y anuncie que había convocado aquella concentración. Quería estar seguro de cuantas personas habían asistido por el asunto de la tierra. Se me acercaron un grupo de personas y me saludaron, todos los que estamos aquí hemos venido interesados por la tierra que están ofreciendo por medio de estos volantes. ¿Usted es la persona que convoca a esta reunión? Si yo mismo soy, dije. Pues bien siendo así busquemos un lugar apropiado desde donde hablar a la gente. Cerca de la fuente hay una lomita, desde ese ligar hable al público, solicitando la atención de todos, la gente se fue acercando. Muy buenos días señores y señoras, mi nombre es Teodoro Rafael Darnott y soy representante del proyecto gestionario y alternativo “Mi Pequeño País”, el cual tiene entre sus objetivos generales, el crear una comunidad, una economía y unas condiciones de organización, bienestar y desarrollo social. Para ejecutar este proyecto, el IAN Instituto Agrario Nacional firmo un acta con mí representada, asociación “Mi pequeño país”. El caso es que el IAN

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no tiene la voluntad para cumplir con este compromiso, el FUS que era el encargado de mediar y apoyarnos, no lo ha hecho. Por el contrario han tratado el caso de manera demagógica. Ante una situación como esta, yo me veo en la necesidad de actuar para salvar el proyecto “Mi pequeño país”, el cual representa una alternativa para personas pobres. Para salvar el proyecto, es necesario ocupar las tierras que el IAN ha otorgado mediante acta a “Mi pequeño país”, unas 17.993,3 hectáreas ubicadas en el sector Río Aurare, el Zamuro del municipio la Rita del estado Zulia. Las tierras son propiedad del IAN y en ellas hay algunas bienechurias. Las tierras en este momento no prestan ningún tipo de utilidad social. El proyecto “Mi pequeño país” tiene un derecho sobre estas tierras, sin desconocer los derechos que tienen los dueños de las bienechurias. Aunque la ocupación de la tierra seria un acto irregular, tiene alguna base legal el los derechos que nos otorga el acta. Propongo la ocupación y el parcelamiento de la tierra, así como la ejecución del proyecto “Mi pequeño país” mediante la autogestiona. Cada participante tendrá una parcela acorde con la actividad económica que va a desarrollar, también propongo que hagamos un censo de los interesados y una visita de inspección a las tierras. Que ampliemos la convocatoria. La segunda asamblea fue convocada para el domingo siguiente, ese día recogí una colaboración para la logística de la ocupación. Finalizada la asamblea y despedida la gente, nos reunimos en equipo de trabajo: Alberto Paz, Bartolo Fernández y mi persona, con los nuevos que ingresaron al grupo: Jorge Casanova y Esperanza Villamizar. Entre las cosas que tratamos primero, organizar el centro de los aspirantes, para esto había que buscar una planilla de dotación de tierra del IAN y otra de la federación campesina, reproducir estas planillas para proceder a censar. El próximo domingo, trasladarnos a las tierras recorrerlas perimetralmente. Nos repartimos las diligencias, unos salieron para el IAN el día lunes y otros fuimos a la federación campesina. El director de la federación campesina era Jorge Hernández y el presidente nacional era Pernalete. Con Hernández hicimos una buena alianza para la ocupación, la cual haríamos en conjunto con ellos. Se nos dieron credenciales de la federación campesina y nosotros autorize a la

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FCV, para trabajar dentro de nuestro proyecto. Ellos tendrían un puesto de atención al público en mi campamento central. Bartolo y yo fuimos en el Malibu a inspeccionar las tierras, conseguimos uno de los fondos invadidos y solicitamos al IAN que notificara a los invasores, que ese fundo estaba otorgado a “Mi pequeño país”. El dirigente de esta invasión se llama Ramon Villalobos, con el fuimos al IAN y José Huerta le entrego un oficio donde le notifica que esas tierras habían sido dotadas a “Mi pequeño país”, por ultimo Ramón Villalobos entro a formar parte de nuestro proyecto y trabajaría con Alberto Paz en la coordinación de tierra. A mediados de la semana madrugue y me fui al centro de Maracaibo, desayune en las pulgas, tome tinto y amanecí entre los buhoneros, conversando con ellos. Sentía la proximidad de la acción, de un reto mayor a mis imposibilidades. Ya estaba metido en un gran problema. Salí de las pulgas hacia el Terminal de pasajeros, donde tome un carrito por puesto para dirigirme a las tierras, quería escoger el lugar donde colocaría el campamento general. Me baje en el cruce de Falcón Zulia y la vía hacia los puertos de Altagracia, a mano izquierda hay un fundo que comienza al lado del hipódromo de la Rita y continua hacia la iba de los puertos, por el fondo limita con el lago de Maracaibo. Este fundo se conoce como La limpia de Makai. En la orilla de la carretera había un puesto de venta de café y empanadas pregunte al dueño. ¿Sabe usted quien es el dueño del fundo que esta al frente? Ese fundo es una propiedad de la familia Fosi Belloso, el señor Federico Fosi Belloso viene de ves en cuando a darle vueltas al fundo. ¿Habrá gente por acá interesados en tener parcelas en ese fundo? Pues claro, ese fundo hemos intentado invadirlo en varias oportunidades y toda ha sido inútil, al momento aparece el señor Fosi con la guardia nacional y saca a la gente por la fuerza, a punta de peinilla, invadir ese fundo es casi un imposible. Pues yo lo voy a invadir, no habrá ningún Fosi, ni guardia que me saque de allí y si usted quiere una parcela lo que debe de hacer es avisar a los vecinos para que estén pendientes. Aquí en frente de la carretera será la gran concentración, pues no solo este fundo será ocupado, sino también todos los demás fundos alrededor. Estoy a la orden amigo, dijo el hombre, ¿usted quien

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es? pregunto. Soy el comandante Teodoro, pues tendrá usted que traer mucha gente, para que esta ocupación tenga éxito. Regrese e hice una reunión en el terreno de Ana Cleotilde en la comunidad revolucionaria. Envié a Chávez para que convocara a la gente que nos apoyaba en esa comunidad y que estaban con la revolución wayuu. La gente se reunió en casa de Ana Cleotilde. Todos los que Esten interesados en tener y ser dueño de un pedazo de tierra donde criar sus animales y sembrar, solo tenia que seguirme a La Rita, a esta nueva lucha por la tierra y por hacer realidad “Mi pequeño País”. No fueron muchos los que querían luchar, después de haber sufrido los efectos de los cuatros combates por la tierra de la comunidad revolucionaria Jehová Nisi. Pero los más aguerridos, entre ellos la comandante Ana Cleotilde, el comandante Arturo, el comandante Catire Sierra y un grupo regular de las bases de nuestro movimiento. Se alistaron para la nueva lucha por la tierra. En la noche tocamos la Kasha y celebramos la Yonna, con el espirituoso chirrinchi. Todos quedaron convocados para el domingo en el parque Urdaneta, amanecimos tomando y danzando al son de la Kasha alumbrados por la llama de Siki (el fuego), era la forma de transmitirnos la cultura, la alegría, el amor. Llego el esperado domingo, me traslade nuevamente al parque Urdaneta. En este lugar el ambiente era festivo, había más gente que el domingo anterior. El equipo hicimos una reunión aparte y coordinamos la actividad, el programa fue el siguiente: Primero unas palabras del comandante Teodoro Darnott. Hablaría de la forma y las condiciones en que realizaríamos la toma de la tierra; también hablaría del proyecto autogestionario y de la ubicación del campamento general en la “Y” de las vías hacia los puertos y Falcón. Que haríamos un censo de personas y de vehículos voluntarios para transportar gente a la invasión. La toma no la haríamos de forma sorpresiva, si no que seria un acto publico con una asamblea previa en la plaza Bolívar. Desde ese lugar, luego de notificar a las autoridades, saldrá la caravana hacia las tierras, pero la asamblea en la plaza se haría de la siguiente manera: Primero nos reuniríamos con pancartas en la plaza de la Basílica, desde allí saldríamos en una marcha hasta la plaza Bolívar, alquilaríamos un equipo ambiental de sonido, lo colocaríamos en el vagón de una camioneta o un