viernes, 6 de febrero de 2009

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Los presos que serian trasladados para este calabozo, son criminales, asesinos sin almas, aseguraron los funcionarios, eran personas de mucha peligrosidad. El día en que quedaron de realizar el traslado, ese día hicieron una requisa, recogieron todos los instrumentos filosos o puntiagudos que pudieran ser utilizados como armas. Al rato luego de la requisa abrieron la reja y en dos filas fueron llegando los presos. Imagine que serian hombres de rostros fieros, endurecidos, con caras cortadas, cicatrices en el rostro, caminar malandreado. Los que fueron llegando eran jóvenes de buena presencia, gente con alguna educación. Me fui fijando en cada uno de ellos, trataba de encontrar en este nuevo grupo al personaje que estaba esperando. Al momento nada mas verlo lo reconocí, lo observe detenidamente, llevaba un libro en su mano izquierda una Biblia pero estaba seguro, es el personaje que estoy esperando. Uno a uno fui saludando a los recién llegados, hasta que el hombre de la Biblia se me acerco y pude saludarlo. Pronto iniciamos un dialogo y un intercambio de opiniones, se llama Luis Contreras y es de origen andino con pronunciados rasgos indígenas. Luis Contreras es una persona de mucha seriedad, muy formal de amplia cultura y conocimiento, seguro de si mismo y sabe lo que quiere de la vida, por otra parte es alguien inquieto por lo místico, sobretodo por las teologías antiguas de los templarios, cruzadas, las logias secretas y las religiosas orientales. No es un fanático, ni un fervoroso creyente, sino una persona que avanza en el conocimiento y la fe poco a poco con paciencia y constancia. La vida de Luis es muy parecida a la de muchos jóvenes emprendedores venezolanos que buscan una sólida posición social y económica, realizar el sueño de sus vidas. Para cumplir con este sueño Luis tuvo que incursionar en muchas empresas riesgosas, tanto en el sector publico como en el privado, conocer a muchas personalidades y verse involucrado en ese enmarañado mundo de las