viernes, 6 de febrero de 2009

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intrigas y rivalidades, es así como un día tuvo la mala fortuna de ser involucrado en uno de los casos mas emblemáticos de la historia judicial y policial venezolana. El secuestro y posterior asesinato de los hermanos Faddoul y su chofer. Luis Contreras esta muy lejos de ser un criminal o un secuestrador, su caso es verdaderamente atípico, resalta el hecho de que ninguno de los involucrados en el caso, ni los policías, ni los delincuentes lo conocen, más parece la figura de un policía trabajando en cubierta para descubrir un crimen y esto fue lo que inicialmente llegaron a pensar el resto de los involucrados, además el perfil de Luis Contreras no encaja con el resto de los presos por este caso. Cualquiera que hallan llegado a ser las circunstancias por las cuales Luis se halla visto involucrado en este caso, no cabe duda, que el no tiene relación con el mismo. Que solo se trato de una confusión, producto de un mal trabajo de investigación y que el significado de esa equivocación no solo represento una injusta privación de la libertad de una persona, sino el haber colocado a un buen hombre a vivir una experiencia brutal en una de las peores cárceles. Espíritu de Servicio La Biblia que traía Luis Contreras no era un simple libro de lectura, significaba su manual personal de vida en la prisión, una vida de fe, el testimonio de esa fe, el testimonio del servicio en favor de la vida en medio de una aterrorizante realidad de muerte. Luis es la palabra viva en la prisión, palabra que da vida através de sus manos, si Luis antes en la libertad extendió sus manos para dar un cuaderno a un niño, luego en la prisión tendió esas mismas manos para dar la vida. Luis era el cocinero y luego el enfermero de la antesala del infierno. El salón donde funciona la enfermería no es el sitio ideal para dormir, mucho menos para vivir una persona, olor a sangre, muerte, carne putrefacta, moscas, aguas negras y sobre todo el drama de dolor que se vive con los heridos, enfermos y moribundo.