martes, 3 de febrero de 2009
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Mi caso es uno de esos pocos, pero debe de ser considerado como parte de la ofensiva de Occidente contra el proyecto político teocrático islámico y contra el proyecto la causa de liberación.
El juicio contra mi persona en la Republica Bolivariana de Venezuela, es el juicio contra todas las agrupaciones de lucha yihad, lo que a mi me toca defender en este juicio, no es mi libertad, pues mi vida y mi libertad, ambas están sembradas en la revolución islámica y al proyecto divino de la teocracia, lo que tengo que defender con la vida, es la condición islámica de la agrupación Hezbolah Venezuela, lo justo de sus objetivos y de sus acciones por encima de lo que la legislación venezolana pueda sentenciar como injusto en ella. Este juicio mostrara de manera clara la condición anti teocratica del estado venezolano, de su gobierno, que Venezuela considera terrorismo la yihad aunque proclame lo contrario.
La acción en la que estoy señalado, es una acción de carácter yihad, lo colocado en las inmediaciones de la embajada de EE.UU. no fueron ni bombas, ni niples, en el sentido de lo que se conoce como niples eran cajas sonoras que tenían como misión regar unos volantes en la zona y generar una matriz de opinión, en cuanto a la política divina del Islam, sin embargo fue clasificada como terrorista.
Entre los cargos que se me imputan para acusarme de terrorismo, están el haber creado una agrupación islámica llamada Hezbollah (partido de Allah), esta es clasificada por el ministerio publico y por el juez de control como delincuencia organizada, lo cual constituye una ofensa a mi fe.
En este juicio quedan condenados todas las agrupaciones de lucha yihad, un verdadero muyahid cuando participa en la yihad no lo hace buscando ningún bien mundanal que le gane el calificativo de delincuencia, cuando se combate contra el orden occidental, solo hace en un acto de estricta obediencia a Allah.
La orden de Allah de combatir, para un muyahid pasa por encima de las leyes de cualquier nación y no existe ninguna motivación criminal, pues el musulmán solo obedece su fe, entiende que sin obediencia no hay forma de ser musulmán (obediente a Allah).