domingo, 1 de febrero de 2009
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La guía del teócrata es la ley suprema del mundo divino, la ley de la verdad y de la santidad.
La teocracia es una libertad tan absoluta que ni siquiera hay que pensar en ella.
El teócrata pone fin al deseo y a la búsqueda, por lo tanto ha puesto fin a la ansiedad, angustia, el mundo y el sufrimiento solo son ilusión, el teócrata, no vive la ilusión de un mundo moderno sino que vive la realidad del mundo de Allah.
Los deseos solo son fantasmas que nos atormentan pero mejor es no hacer caso de ellos para que no nos puedan atormentar.
Los deseos ocultan la cara sonriente de la muerte.
En el mundo no teocrático todos los deseos nos obligan a ir tras ellos.
La vida de la teocracia es tomar control de las cosas y de los deseos y no permitirles que estos tomen control de nosotros, a los deseos no hay que obedecerlos.
El que es gobernado por sus deseos, es idolatra pues sus deseos están ocupando el lugar de Allah en su vida.
Venezuela en Occidente
Moral y luces son nuestras primeras necesidades.
Estas palabras fueron pronunciadas por Simon Bolívar, en su discurso de Angostura.
En ellas pudiéramos tomar en cuenta algunas cosas que llaman la atención.
Lo primero seria la forma como Bolívar ordena las necesidades, en primer lugar coloca la moral, al ponerla en este lugar la coloca como una prioridad.
Pero, ¿porque colocar la moral como una prioridad en una población donde existían grandes problemas económicos, políticos, de inseguridad, entre muchos otros?