lunes, 9 de febrero de 2009

63

En la ciudad de Cali en la urbanización La Ceiba cerca de la redoma, Alfonso López Michelsen queda el centro cultural Islámico kausar. Me recibió el hermano Rashi, se trataba de una comunidad musulmana afro-descendiente. El hermano Rashi era uno de sus dirigentes, la sede era una casa de dos pisos en una vereda. En la esquina de la calle hay una panadería, en el interior de la casa la sala era el salón que servia de mezquita, una cocina, una biblioteca, oficina y una habitación donde oraban las mujeres. El hermano Rashi me saludo islámicamente, assalamu aleikum. Wa´alaikun salam, respondí, luego poso sus mejillas sobre las mías, como es costumbre en el Islam. A la hora de la oración conocí a los otros hermanos. Mi vida en el centro cultural islámico kausar, no lleno mis expectativas sobre el Islam, me dedique a leer libros islámicos y a participar en las oraciones, las enseñanzas solo eran los días viernes en el Yuma (oración del viernes, día sagrado de los musulmanes). El director era un profesor universitario, el hermano Abdul Karin. Por lo general no había ni una disciplina, ni un plan de estudio, todo se hacia de manera muy informal, sin embargo no puedo decir, que este viaje no sirvió de nada, pues fue una experiencia. Regrese a Maicao con el animo de incorporarme a la comunidad islámica, aunque todo lo conocido y aprendido hasta ahora no se parecía en nada a lo que esperaba que fuera el Islam. En Maicao me presente a los hermanos nuevamente. De ellos recuerdo a los mas cercanos a mi persona, hermano Ali Saleth dueño del almacén El Campeón, el hermano Musa y el hermano Kasen, también volví a mi concha en maicaito y la iglesia indígena de vincula palacios. Definitivamente me había apartado del vicio, vivía una vida un poco mas espiritual, mantuve mi trabajo con el wayuunaiki, el cual alternaba con ventas de tormos (un tipo de fríjol árabe con sabor a maíz), gelo (dulce Árabe) fatayer (empanadas Árabes). Esto me permitió acercarme a la colonia Árabe musulmana, entre los hermanos árabes mas queridos recuerdo al hermano Ali Waker y al hermano Mohamed del almacén La mona lisa. Tengo que confesar que no logre una conversación al Islam, como tampoco a la evangélica, sin embargo yo siempre buscaba la religión. Los que más me observaban comentaban que yo utilizaba la religión para mis intereses personales, sin