sábado, 7 de febrero de 2009
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Hubo discusión entre los que participábamos en el grupo HEzbollah Venezuela, finalmente nos dividimos, nos acusamos y separamos. El caso es que todo el mal estaba hecho, el proceso había sido una vez mas dañado por causa de los intereses egoístas y personalistas de personas que no llegaron a interpretar y asumir los verdaderos objetivos revolucionarios que guiaban la propuesta de lucha Hezbollah Venezuela, que no era otra que la misma nacida el 11 de octubre de 1.994 y por la cual yo venia trabajando y luchando desde diferentes ideologías.
Primero desde los valores autóctonos mezclados con el marxismo, después la teología de la liberación y opción por los pobres y ahora desde el Islam revolucionario. El caso es que ya estaba embarcado, el M.G.L.N, ahora era Hizbullah, así fue hecho publico, el M.G.L.N, ya no existía. El trabajo de doce años, fue destruido por orden de Mohammad Saleh, secretario general Hizbul Islam (Hizbullah) para America latina; sin que hasta el momento nos hayan reconocido nada, pero ¿Qué podía hacer yo? ¿Retirarme de la lucha? Habíamos convenido entre dos musulmanes, crear un movimiento revolucionario armado. Yo cumplí poniendo como base para esa misión primeramente mi persona, luego un trabajo de doce años ¿Qué puso Mohammad Saleh? Ni siquiera su palabra tiene honor.
Hoy que escribo este libro que deseo que lo lea, le digo lo siguiente:
Ni los profetas, ni los Imames, ni los apóstoles del Islam, a través de la historia humana, ninguno de ellos se oculto en el anonimato para luchar contra el sistema opresor, todos dieron sus caras y sus nombres desde Moisés hasta Ben Laden, pasando por Jesús y nuestro amado profeta Mohammad (que la paz y la bendición de Alah sea con ellos), ninguno de ellos pensó en sus vidas y bienes mundanales. Al asumir la causa de Alah. Nosotros hicimos un acuerdo entre dos musulmanes, yo cumplí mi parte, hasta el final y no lo hice por usted ni por mí, sino por Alah, porque he entendido que mi lucha no es por la marginalidad venezolana, ni por los oprimidos de Venezuela. Esta lucha es de Alah, desde Alah, por Alah y con Alah.
Usted y yo somos instrumentos y cada uno debe uno debe hacerlo conforme, no a su propia voluntad, sino a la de Alah.