viernes, 6 de febrero de 2009
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hijos, desde esta perspectiva en el caso Faddoul, las victimas no solo fueron los muertos, también lo son los presos de manera injusta y sus familiares.
Una de las cosas que me propuse con este amigo, ha sido hacerle ver el valor de la amistad, sobre todo cuando todos nos han abandonado, cuando ya nadie cree en nosotros.
Desde esta situación de negación de la condición humana, de la persona, sepultados en vida en este panteón llamado el Helicoide, reafirmamos el derecho a ser amigos, a ser hermanos, cultivamos la amistad, el poder de la fraternidad contra el que nos dicen que somos criminales, que no nos hablemos, ni nos acerquemos para darnos fuerza.
Nosotros, Luis Contreras y mi persona, desafiamos ese concepto que pretende discutir toda fortaleza que nos pueda dar la unidad, ni aun los barrotes pueden limitar totalmente nuestra libertad.
Juntos hemos podido resolver algunas necesidades, conseguimos becar a una de sus hijas y la promesa de una ayuda a su esposa, también hemos tendido la mano a algunos de los presos, aunque en casos de poco valor, pero que siempre son de importancia.
Dios y el compartir la misma situación nos han unido, para construir desde la prisión un camino para la dignidad y este no puede ser solo por el tiempo que dure la privación de libertad.
Nuestra amistad y fraternidad tiene que trascender los muros de la prisión y alcanzar a otros para bendecirlos con el don de la amistad, para ampliar nuestras acciones hacia otros lugares, personas y situaciones.
Tengo la esperanza que cualquiera que sea nuestro destino bien sea de libertad o de prisión, podamos concretar proyectos en beneficio de los presos y de sus familiares, también un proyecto económico para Luis y su familia, proyecto que personalmente pienso apoyar.
Pienso que el proyecto tiene que ser con miras no solamente a producir soluciones económicas, ese es solo un tipo de capital, si solo fuera eso la visión seria muy miope, solo seria pensar de la misma tradicional forma egoísta y materialista inculcada por el modelo de vida desde donde fuimos formados, estructurados y endurecidos y aun cerrados a cualquier otra posibilidad más sublime, no en ninguna manera pudiera ser esa la mejor propuesta. Creo mas bien que la propuesta ha de ser diseñada como un proyecto de unificación
