miércoles, 4 de febrero de 2009
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En las naciones no teocratitas, los ciudadanos investidos de autoridad, hacen y modifican las leyes conforme a sus intereses y no conforme a la justicia, en la teocracia por el contrario los magistrados no tienen autoridad para cambiar o modificar leyes, ni para cambiar el dictamen divino sentenciado por las leyes, sin importar para nada sobre que o quienes cae la sentencia, pues la sharia (ley de Allah) no distingue más allá de inocencia y culpabilidad.
En la sociedad islámica, la libertad solo tiene una dirección, el bien, el mal esta absolutamente prohibido en cualquiera que sea su forma.
La sharia es la sal de las naciones para evitar su descomposición, solo los que aman el mal temen la sharia, en la nación teocratica los ciudadanos no determinan el bien y el mal, es Allah quien lo determina por medio de la Sharia.
La Soberanía del Bien y el Mal
Cuando los que determinan el bien y el mal hacen ejercicio de una soberanía que creen que es propia, cuando los pueblos por encima de toda ética y moralidad obedecen a sus instintos y pasiones, la soberanía en realidad no se esta emanado de esos pueblos sino de sus pasiones. Tampoco de la razón, del intelecto y el libre albedrío, si esas pasiones e inclinaciones que son bajas y pecaminosas. Es de notar que la soberanía se esta originando directamente del mal y no del pueblo como se cree.
Cuando no son las pasiones humanas, sus gustos y predilecciones, el lugar de donde emana la soberanía, sino de las leyes divinas, esta soberanía no tiene origen humano, sino divino, es la soberanía del bien, la soberanía de Allah presente en sus leyes.
El vivir conforme a la ley divina, en árabe se llama Din (forma de vida).
Las naciones organizadas y gobernadas por la sharia son teocracia, en ellas se hace la voluntad de Allah, como se hace en los cielos (sita).
Los cielos son teocráticos, de las cosas que la humanidad llama buenas, la democracia no es aceptable en los cielos.
La política vista desde los pensamientos de las más destacadas figuras de la humanidad, solo reconoce un solo concepto de soberanía, la