lunes, 9 de febrero de 2009

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con tanta facilidad a los contrarrevolucionarios y hasta apoyaran la contra revolución, cuando apoyaban a los contra revolucionarios. En este trabajo y esta lucha ningun partido, ni ningun movimiento político nos dio o nos ofreció el más mínimo apoyo. Para los revolucionarios yo era de la oposición y para la oposición era de la revolución, estaba en medio de la correlación de fuerzas en el ojo del huracán. El dueño de la tierra compro al prefecto Gabriel Puche Nava, el cual lanzo en mi contra al gobierno de Arias Cárdenas, a los cuerpos represivos y junto a estos actuaban grupos de delincuencia común contratados y llevados en camiones por el “dueño de la tierra”. Estos malandros tenían la misión de apoyar a los policial y a los guardias nacionales, en tumbar los ranchos y quemar los enseres, tan bien cumplían la labor de intimidación. Los malandros acampaban por las noches en terrenos vecinos. En ese lugar bebían y hacían tiros hacia la ocupación, donde nos encontrábamos nosotros. Por supuesto que la columna guerrillera les respondíamos y los manteníamos a raya. En la noche en la ocupación organizábamos la Yonna, tocábamos la kasha y bebíamos chirrinchi. En el día se trazaban y limpiaban las calles, todo se hacia en equipos y se recogían colaboraciones para comprar chirrinchi, así mezclábamos el trabajo, la cultura y las armas Cuatro veces nos destruyeron la comunidad, cuatro veces la volvimos a levantar. Fue tanta la violencia que un día me vi en la necesidad de huir a Caracas, donde me presente en la comisión de derechos humanos del congreso nacional. En esta comisión presente pruebas de los abusos cometidos contra la comunidad y la persecución contra mi persona. Las pruebas fueron graficas tomadas por un periodista amigo. En la comision de derechos humanos del congreso nacional, me envió con un informe a la Dra. Martha Benavides, directora de la secretaria de derechos humanos de la presidencia de la republica, en esta comision me tomaron declaración y me remitieron al despacho presidencial, en el cual fui atendido por el secretario privado del presidente Raúl Isaías Baduel, quien le presento el caso al presidente Chávez.