lunes, 9 de febrero de 2009

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de generar gastos, por esto prefieren esperar pacientemente la muerte, para hacer un solo gasto. Enfermó como estaba, me sentí desamparado en medio de tanta pobreza. Un día me acerque a un culto evangélico. Campo la roca se llamaba. Era un lugar al aire libre. Había allá algunos rudimentarios lugares donde sentarse. También una mesa que hacia de pulpito, donde alumbraba una lámpara de petróleo que atraía a cientos de insectos, los cuales tercamente posaban sobre la rustica mesa. Algunos indígenas oraban o cantaban. Hasta a ese lugar llegue buscando una ayuda divina, ante la carencia de una humana. No hable con nadie mas que con Dios, doble mis rodillas frente a un tronco de árbol y comencé mi dialogo con el ser supremo. Como quien habla con su prójimo. Le hable de mis pecados cometidos hasta ahora. De mi hipocresía al buscarlo cuando estaba enfermo y no haberlo hecho estando bien. Que quizás yo solo le buscaba para ser sanado, pues tenia la seguridad de que una vez sano no haría ningún esfuerzo por cambiar mi vida. Pero por lo menos lo intentaría. Esta oración me salía del alma misma. Derrepente me quebrante en llanto. Todo mi cuerpo se sacudió y mis ojos me dolían, lo mismo mi garganta. Era un llanto incontrolable. Me dolía el pecho y la cabeza. El llanto me ahogaba. Aquello era algo extraño. Mi cuerpo había sido tomado por una fuerza que me estremecía. Los hermanos Wayuu se acercaron y oraron por mí poniéndome las manos en la cabeza. El pastor me pidió permanecer congregándome con ellos. Desde la iglesia indígena comencé a entender un llamado de Dios para trabajar y luchar por el pueblo oprimido, mas no sabia cuando y como hacerlo. Mi primera idea fue hacer la lucha de liberación desde la iglesia evangélica. Esta es la única razón que me llevo a involucrarme con la iglesia evangélica venezolana. Buscaba en la iglesia un autentico apoyo para un trabajo liberador de la situación de miseria. Entendían que este trabajo comienza por concientizar y sensibilizar a los Wayuu de manera de involucrarlos en la tarea de cambiar la realidad inhumana que nos rodeaba. Por su parte la iglesia entendía que su misión principal es espiritual. Al verme tan anhelante de una importante ayuda, entendieron que solo buscaba lucrarme. Como las migajas que me dieron las gastaba en la misma búsqueda de apoyo y no en otra cosa.